Ahora que Tránsito ha vuelto a realizar operativos para retirar vehículos estacionados en las áreas exclusivas para personas con alguna discapacidad, y sobre todo el hecho de que hayan encontrado muchos desde el principio, habla de la necesidad de mejorar en materia de cultura vial en la ciudad.
Con frecuencia, al acudir a cualquier establecimiento, habrá alguien que no tiene ninguna condición restrictiva ocupando ese espacio, usualmente porque es el único lugar disponible, pero también suele ser simplemente porque está más cerca de la entrada, por lo que privan a alguien que sí lo requiere de este lugar diseñado específicamente para que tenga accesibilidad en silla de ruedas, bastón, andador, etc.
Tan frecuente es, que incluso algunos espacios pintados de azul se ven casi o tan desgastados y repletos de manchas de aceite, como el resto de los espacios, mostrando que se han utilizado mucho más que por personas con discapacidad.
El tema de la cultura vial no se limita a ese aspecto, pues también debemos ser más considerados con ciclistas y motociclistas, aunque claro, también estos últimos deben respetar las reglas de tránsito, circulando en sus respectivos carriles y en el sentido que tenga la vía, pues en caso de percance, no están exentos de la responsabilidad y por lo tanto el pago de los daños.
No utilizar las direccionales es otro aspecto que frecuentemente se minimiza, pero no es de adorno que se colocan en cada vehículo motorizado por ley en todo el mundo, desde hace décadas.
Así podríamos continuar hablando de mil y un aspectos de nuestra cultura vial que requieren mejorar, pero todo comienza con ser conscientes de nuestra propia vida y de quienes nos rodean, pues independientemente de cualquier condición, compartimos esta ciudad y entre todos podemos ser más considerados e incluso reducir la cantidad de accidentes, especialmente los mortales, que muchos ocurren por negligencias que pueden prevenirse.