La reciente tregua arancelaria de 90 días entre Estados Unidos y China ha desencadenado un efecto inesperado: una avalancha de carga en la ruta transpacífica hacia el oeste. Esta situación ha provocado congestión en los puertos asiáticos, especialmente en China, y una escasez de equipos, según informes de transportistas y transitarios.
Las reservas de contenedores desde China hacia Estados Unidos aumentaron un 277% en tan solo una semana, alcanzando las 21 mil 530 unidades equivalentes a veinte pies (TEU), frente a un promedio anterior de 5 mil 709 TEU. Este incremento ha llevado a las principales líneas de contenedores a buscar tarifas spot en el servicio desde China a la Costa Oeste de Estados Unidos que sean más del doble del nivel actual, con precios que podrían alcanzar los 6 mil dólares por contenedor de 40 pies a la Costa Oeste y 7 mil dólares a la Costa Este.
La congestión portuaria en China, agravada por condiciones climáticas adversas, está reduciendo la capacidad funcional en un momento crítico. Los transportistas anticipan que la congestión y la escasez de contenedores empeorarán en las próximas semanas, ya que se reasignan buques a los servicios transpacíficos desde las rutas Asia-Europa para satisfacer la creciente demanda.
Este panorama presenta una oportunidad única para México. El fenómeno del nearshoring, que implica la reubicación de operaciones más cerca del mercado de consumo, ha cobrado relevancia en los últimos años debido a la reconfiguración de las cadenas de suministro tras la pandemia y las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos.
Nuestro país se ha posicionado como un destino atractivo para el nearshoring, gracias a su ubicación geográfica estratégica, mano de obra calificada y acuerdos comerciales como el T-MEC, que incluso nos han otorgado beneficios contra los aranceles mundiales de Trump. México está ya dentro del top ten a nivel mundial en la recepción de inversión extranjera directa, siendo el nearshoring un factor clave.
Se estima que México podría recibir inversiones por concepto de nearshoring que asciendan a 38 mil 411 millones de dólares en 2025. Estados Unidos, España, Países Bajos, Australia y Alemania fueron las principales fuentes de Inversión Extranjera Directa a México en el primer trimestre de 2025. Lo que se tradujo en 21 mil 400 millones de dólares. Además, se espera la llegada de 400 empresas al país, atraídas por las ventajas competitivas. Lo que se traducirá en un incremento de nuestro comercio exterior y los beneficios que esto significa.
Por ello, es importante recomendar a las empresas que están considerando invertir en México:
1. Evaluar la infraestructura logística: Nuestro país cuenta con una red de transporte en expansión, incluyendo proyectos como el Corredor del T-MEC, que busca mejorar la conectividad entre puertos y centros industriales.
2. Aprovechar incentivos gubernamentales: El gobierno mexicano ha implementado políticas para atraer inversión extranjera, incluyendo incentivos fiscales y facilidades para establecer operaciones en zonas estratégicas. Actualmente hay ya en operación o autorizados 25 polos de desarrollo económico para el bienestar en México, a estos se suman otros 26, que están en proceso de evaluación o que fueron propuestos por los gobiernos estatales.
3. Analizar la cadena de suministro: Revisar y adaptar la cadena de suministro para aprovechar la proximidad al mercado estadounidense puede resultar en reducciones significativas en costos y tiempos de entrega. En este punto, el apoyo de un agente aduanal resulta decisivo porque el agente aduanal funge como un enlace estratégico entre la empresa y las autoridades mexicanas, facilitando el cumplimiento normativo y reduciendo riesgos en las operaciones de comercio exterior y en los costos asociados a la operación logística.
Para las empresas que buscan instalarse o ampliar su presencia en México con la intención de aprovechar el nearshoring, contar con un agente aduanal desde las etapas tempranas de planeación permite identificar de forma oportuna los requisitos regulatorios, arancelarios y logísticos que aplican a sus productos. Esto se traduce en una cadena de suministro más ágil y resiliente, con menores costos derivados de errores, retrasos o sanciones.
Además, el agente aduanal puede asesorar en la selección de regímenes aduaneros, programas de fomento, y procesos de certificación que pueden generar ahorros importantes. Su conocimiento del entorno local —puertos, aduanas, infraestructura, y prácticas logísticas— también permite diseñar rutas de entrada y salida eficientes que optimicen tiempos de entrega y minimicen el impacto de cuellos de botella. En un entorno comercial cada vez más competitivo y exigente, el valor agregado de un agente aduanal no solo radica en el despacho aduanero, sino en su capacidad de actuar como consultor logístico y comercial dentro de una estrategia de relocalización exitosa.