Compre ahora, pague después, suena tentador, pero cada vez más estadounidenses lo usan no para televisores ni muebles, ahora hasta para pagar la despensa, según un reporte de CNN. Uno de cada cuatro usuarios de estos esquemas a plazos está financiando gastos rutinarios, como el mandado. Es un signo claro de que algo va mal. El dinero, no le alcanza a muchos hogares en el país vecino.
Durante la pandemia muchos estadounidenses lograron ahorrar y reducir deudas gracias a los apoyos del gobierno, pero la inflación más alta en décadas, las tasas de interés elevadas y el regreso del cobro de préstamos estudiantiles han debilitado ese colchón.
Las tarjetas se llenan, los pagos se atrasan y las opciones se agotan. Hoy, las moras en tarjetas y préstamos de auto están en niveles no vistos desde la Gran Recesión, repora CNN. Los préstamos estudiantiles, que volvieron a cobrarse en 2023, ya están generando más impagos y dañando los historiales crediticios de millones. Hay quienes perdieron más de 140 puntos en su puntaje solo por retrasarse unos meses.
A esto se suma el miedo. El índice de confianza del consumidor está en mínimos históricos. Las políticas cambiantes y los aranceles impuestos por la Administración Trump han aumentado la incertidumbre. La gente se siente atrapada, con menos margen y más obligaciones.
Aunque en abril los ingresos crecieron y el ahorro repuntó levemente, no alcanza para revertir la sensación de que cada compra se paga no solo en cuotas, sino con ansiedad.
Comprar hoy y pagar después era una opción. Ahora, para muchos, es la única forma de llegar a fin de mes. Y eso no habla de una economía fuerte, sino de una sociedad cada vez más endeudada y vulnerable.
Y en México… seguramente, la situación es muy similar.
¿Usted qué opina?
