RÍO REVUELTO

Permiso no es garantía de nada para Puente Colombia

Escrito en OPINIÓN el

Samuel García (aún gobernador de Nuevo León y a quien llamaremos “Sammy”) anunció la autorización de parte del Departamento de Estado de Estados Unidos para ampliar el Puente Internacional Colombia, pero ¿significa esto que terminará por concretarse?

Para tener el contexto necesario, hay que recordar que su frontera más cercana, Nuevo Laredo, figura como el principal puerto aduanero en las estadísticas de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), al haber acaparado el 36.4 por ciento de la participación a nivel nacional durante todo el 2024 (y claro que se mantiene como líder este año), registrando un crecimiento del 2 por ciento, mientras que Colombia, Nuevo León, sólo acaparó el 5.6 por ciento de las operaciones y además retrocedió 2.2 por ciento con respecto el año anterior, a pesar de la clara campaña de desprestigio emprendida contra nuestra ciudad tamaulipeca.

Sammy pretende ampliar el Puente Internacional Solidaridad-Colombia a pesar de los números rojos y de que incluso cayó un puesto en el ranking para quedar en el sexto lugar nacional, justo cuando Nuevo León ha estado promoviendo la vía que lleva directamente a dicho cruce, como una suerte de “atajo”, que no ha convencido ni a los propios neoleoneses, y menos cuando cobra el peaje dos veces.

Además, este permiso tiene condiciones y fecha de expiración, así que no se traduce en garantía de concretarlo, mientras que el Puente del Comercio Mundial, es prioritario para los gobiernos de ambos países, además de que ya está avanzado al grado de que está a meses de comenzar a materializarse.

La desafortunada declaración de Eric Trump (hijo del presidente Donald Trump) de que desaparecería a México en 4 segundos si éste atacara los Estados Unidos, como una especie de analogía al hablar del conflicto en Irán; obviamente no fue tomada con seriedad, en primera instancia por como nos tiene acostumbrados el mandatario norteamericano con sus constantes y muy temerarios discursos.

Para la mayoría de los políticos y en general personas que aspiran a alguna posición que requiere diplomacia, incluso ante el planteamiento de algún escenario poco probable como un conflicto bélico a gran escala entre México y Estados Unidos, lo ideal en una declaración es descartar tal situación y resaltar que existe una buena relación y que siempre hay una cooperación entre ambos países.

Seguramente una declaración de esta índole no le daría tantos reflectores; sin embargo, es precisamente el discurso de odio el que nos tiene en la tensa situación mundial que ha acaparados los titulares, entre redadas migratorias en un extremo y bombardeos en otro.