El adaptarse a los cambios es el reto para todos los empresarios de esta frontera, salirse ya de esa conformidad, de ese confort, dejar a un lado esas viejas costumbres y prácticas es el deber ser para juntos emprender la nueva fundación de Nuevo Laredo.
Hoy, es el tiempo de dejar de estar pensando en el futuro, al saberse y de antemano que el futuro no está en el pasar de los años, de las décadas sino en cada actitud, en cada emprendimiento, en cada situación que marque y establezca esos nuevos retos personales o empresariales actuales.
No, no se trata de dar un discurso ni muchos menos una conferencia sobre lo que viene para Nuevo Laredo, sino más bien entender que esta frontera ha tenido sí mucho crecimiento político, pero muy poca visión empresarial hacia su propia ciudad.
Y no precisamente porque no exista ese ánimo, ese interés o esas ganas de los empresarios por establecer aquí sus proyectos, sino más bien a que muchos de estos siguen trasladándose por ese viejo camino “arado”, trazado por esas familias empresariales de antaño, camino que aun presenta tramos empedrados a falta de esos compromisos para concluirlo, como una obligación para con esta frontera.
Sobre esto, y poniendo como referencia a este mes de aniversario de la fundación de Nuevo Laredo, cabe agregar aquel gran emprendimiento realizado por el coronel don José de Escandón y Helguera al haber colonizado, fundado el llamado Nuevo Santander, donde a cada una de las villas les dio nombre.
Emprendimiento que, y aun haya sido bajo una orden o mandato para llevarlo a cabo, sentó las bases de este estado de Tamaulipas, de sus ciudades como aquella villa de Laredo hoy Nuevo Laredo, ciudad que bajo su visión logro lo que hoy las nuevas generaciones de tamaulipecos están viendo.
Entonces, es ahí en donde surgen las preguntas obligadas, ante el parcial progreso de Nuevo Laredo ¿En qué situación se está?, no refiriéndose directamente al cruce de mercancías, ni mucho menos de la modulación de las mismas.
Debe quedarles claro a las nuevas generaciones de empresarios que no se trata tan solo el de establecerse como esos líderes en el ramo comercial que dominan, sino también contribuir y de igual modo a darle esa dirección, esa nueva imagen y calidad de ciudad a Nuevo Laredo.
Pues sabido es que esta frontera presenta décadas de atraso, años que se han quedado como esos mudos testigos cegados por igual con malos proyectos, pésimas decisiones en cuestiones de vialidad y trazado de nuevas colonias, si, se han tenido malos gobiernos municipales, pero irónicamente ante la mirada silenciosa de esos entes empresariales que los han visto pasar, mal actuar.
Cierto es que como empresarios no tienen ese mando directo como para dirigir las riendas en cuestión de progreso y desarrollo para Nuevo Laredo, pero cierto es también que por cada mejora que se le inyecta, por cada proyecto que se hace realidad, la derrama de ese beneficio siempre salpica a todos por igual.
Por esto y como empresarios deben de estar coordinados, preparados para incentivar a esta ciudad que les da todo, dejarse ver no tan solo por sus grandes empresas o imponentes edificios, sino de igual modo aportando como agrupamientos empresariales o de forma individual ese gesto de agradecimiento a Nuevo Laredo.
Así y con ese ánimo, de ese modo, promover por los principales puntos de la ciudad distintas obras que le den más identidad a Nuevo Laredo, que y a través de la donación, participación, surjan esos nuevos monumentos, ayudas para a concluir esas iglesias, plasmar el arte a través de novedosas esculturas.
Emular a esos empresarios de antes, que y sin presión alguna, de una manera voluntaria construían escuelas, guarderías, dispensarios médicos, techumbres por las calles principales para que la gente se resguardara del sol, incluso es de recordar aquellas bonitas bancas en las plazas o escuelas que, ante ese gesto se les permitía poner el nombre de la persona o empresa de quien las obsequio.
Que les ha faltado a los nuevos empresarios para tener, continuar el ofrecerle algunos de estos beneficios para su ciudad, al quedar claro que, ante este tipo de actitudes de participación, nadie, absolutamente nadie se los prohibirá o lo vera mal, al contrario, le permite a Nuevo Laredo emerger y ante la mirada de todos como esa renovada ciudad.
Ojalá que algún día no muy lejano, todos los grandes empresarios locales, entiendan que, para lograr mantener a esta frontera en ese nivel de competencia, esta ciudad debe ser por todos atendida, darle un trato más personalizado, brindarle pues a Nuevo Laredo ese nuevo comienzo, ofrecerle a esa vieja villa de Laredo un nuevo origen.