Hoy, 3 de mayo, Laredo vota. No es una elección cualquiera: está en juego un bono de $417 millones de dólares que comprometerá el futuro económico de la ciudad por décadas. Pero más allá del monto, lo que realmente se vota hoy es una pregunta de fondo: ¿seguimos haciendo lo mismo o haremos cambios?
Hoy vota Laredo, y votar sin información es como firmar un contrato sin leerlo. Los defensores del endeudamiento con bonos lo presentan como la solución mágica a décadas de abandono: más salud, mejores calles, seguridad, desarrollo. Todo suena bien… hasta que uno revisa los detalles.
¿Dónde está el plan financiero completo? ¿Cuál será el verdadero impacto en los impuestos? ¿Qué mecanismos habrá para evitar corrupción o sobrecostos? Hoy vota Laredo, y no basta con buenas obras, también importan las formas.
El proceso ha estado marcado por desconfianza. La regidora Alyssa Cigarroa denunció presiones, ocultamiento de casillas y el uso de una agencia de relaciones públicas con vínculos políticos.
La Ciudad lo niega, claro. Pero si había voluntad de diálogo, ¿por qué se apostó por la propaganda en lugar del debate público? El efecto será para los pagos más caros del predial y servicios.
Hoy vota Laredo, no se vota solo dinero, se vota confianza. La ciudad puede tener proyectos ambiciosos, pero sin transparencia no hay progreso sostenible.
¿Vamos a firmar una deuda millonaria con los ojos cerrados? ¿O vamos a exigir primero cuentas claras, rutas viables y respeto a la ciudadanía? Hoy puede usted votar, no es el día para votar por miedo ni por rutina.
Es el día para ejercer un derecho con responsabilidad, para pensar en el futuro y poner límites a quienes confunden desarrollo con endeudamiento sin control. Hoy vota Laredo, no votamos por concreto o edificios. Votamos por la forma en que queremos que se gobierne esta ciudad.
Que no se nos olvide: el bono se paga con nuestros impuestos. La decisión, en cambio, se toma hoy. Y está en sus manos, estimados votantes.