Este año fiscal el Sistema de Puentes de Laredo registró casi 900 mil dólares menos de ingresos que el mismo periodo (1 de octubre-30 de abril) anterior, un golpe duro, pues recaudaron 48 millones 27 mil dólares, cuando esperaban obtener 50 millones, de acuerdo a las proyecciones, lo que tendrá un impacto en su presupuesto.
En perspectiva, serían 22 mil 324 camiones y 29 mil 66 vehículos ligeros los que dejaron de cruzar en un año, y a como pintan las cosas, para el próximo año fiscal, que sea completamente de Trump, podría ser incluso menor, pues a ojo de buen cubero, no se han visto en los últimos meses las mismas filas de ávidos viajeros que anteriormente abarrotaban nuestros cruces internacionales.
Tampoco quiere decir que estén vacíos los puentes, pero en proporción, al menos los últimos meses se ha notado una disminución y, claro, las estadísticas anuales ya reflejan algo de eso, pues el corte es al 30 de abril.
Claramente las trabas al comercio de la administración Trump han tenido un impacto ya en el cruce de mercancías, pero también existe una afectación derivada de las posturas del presidente norteamericano, que de alguna manera ha derivado en que los compradores mexicanos con visas de turista, ya no se sientan tan inspirados de acudir a las tiendas estadounidenses como antes.
Vale la pena recordar que luego de que se levantaron las restricciones de viaje de la pandemia en los puentes internacionales, los compradores mexicanos, especialmente los de Nuevo Laredo, no se sintieron tan inspirados de cruzar al vecino país para gastar como antes, pero al cabo de un tiempo, poco a poco se fue retomando el ritmo.
Ahora con estas medidas arancelarias que derivan en incrementos a los precios de muchos productos que están a la venta en Estados Unidos por ser de fabricación china, total o parcial, así como ese constante discurso con tintes xenófobos, no han sido precisamente invitaciones cordiales para ir a dejar dinero a las tiendas norteamericanas, al menos no en la proporción de antes.
En este juego pierden todos, pero algunos analistas se inclinan a presumir que serán los ciudadanos estadounidenses los más afectados, y ya se comienza a notar.