Este fin de semana las críticas al accidente del buque escuela Cuauhtémoc contra el puente de Brooklyn en Nueva York, han sido severas; sin embargo, la mayoría de éstas parten del desconocimiento y se inclinan a politizarlo.
Por lo pronto, alguien que le sabe, José Manuel Urreta Ortega, quien es presidente de la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo (Cameintram), comentó que el choque es más atribuible a condiciones meteorológicas que a un error humano, al considerar que el navío no tenía la propulsión necesaria, lo que habría dejado a la embarcación a merced del viento en primera instancia, pero también de la corriente, además de que el remolcador, que se encarga de auxiliar en las maniobras del puerto, habría dejado el buque a la deriva.
De nueva cuenta todos nos volvimos “expertos”, reaccionando al instante con opiniones inclinadas a atacar, antes de siquiera conocer los aspectos que envuelven este rubro, y claro, mucho de este encono es incitado por grupos políticos.
Esto es aún más serio si consideramos que dos personas fallecieron en este incidente, Yamilet Sánchez, de Veracruz y Adal Jair Marcos, de Puebla.
El dirigente de la Cameintram insistió en que la navegación marítima tiene una serie de riesgos y variables o condiciones como mareas cambiantes, ráfagas de viento, fuertes corrientes, entre otros, que a pesar de seguir todas las reglas establecidas, las condiciones meteorológicas o del agua, pueden afectar a una embarcación y sus planes por más metódicos que estos sean.
La presidenta Claudia Sheinbaum expresó sus condolencias a las familias de Yamilet y Adal Jair, además de considerar que muchas de las críticas se han inclinado a la “mezquindad”, incluyendo al expresidente Felipe Calderón, quien se habría sumado a la ola de ataques.