RÍO REVUELTO

El juicio de Henry

El caso se ve complicado, pues antes de empezar el juicio, dos amigos cercanos a los Cuéllar ya se declararon culpables de haber participado en canalizar más de 200 mil dólares al congresista y su esposa

Escrito en OPINIÓN el

Ahora que la Cámara de Diputados aprobó una reforma para garantizar que todos los trabajadores reciban al menos un salario mínimo que no pueda ser reemplazado por propinas o comisiones, ya no habría excusa para que los restaurantes quieran que el cliente después de pagar la cuenta de los alimentos y bebidas que consumió, sea presionado para agregar una “generosa” propina.

El tema de las propinas sin duda se desvirtuó en algún momento, pues platicando con meseros neolaredenses ya veteranos; nos recuerdan como esta siempre fue opcional y no obligatoria como se maneja ahora en muchos establecimientos, pues se trataba de una gratificación por un buen servicio, en el que en todo momento había un trato cordial y una buena atención.

Hoy en día, en redes sociales vemos videos de meseros en conflicto con los comensales y prácticamente obligándolos a pagar una considerable suma, cuando en muchas ocasiones éstos últimos argumentan que ni siquiera recibieron una buena atención; también se publican con frecuencia recibos con una propina “sugerida” ya incluída en la cuenta, es decir, obligatoria.

Este conflicto entre el mesero y el comensal ha desviado hasta cierto punto la atención del problema medular: que muchos restaurantes quieren ahorrarse todo o parte del sueldo de las personas que sirven la comida, para que sean los clientes quienes además de su consumo, destinen un recurso adicional al salario de los empleados de algún restaurantero tacaño.

De alguna manera el tema es cultural y un tanto regional, pues si bien la propina es algo que ocurre en México y Estados Unidos, claro, en muchos otros países, también hay naciones en las que tienen un tono mucho más opcional, es decir, sólo en caso de que en verdad les haya agradado mucho el servicio y no en ese tono de obligatoriedad por convención social.

El congresista federal Henry Cuéllar quiere mover el juicio en su contra de Houston a Laredo, argumentando que obstaculizaría su trabajo como funcionario, mientras que la Oficina del Fiscal Federal se opone, pues los testigos se encuentra cerca de la ciudad espacial y los que residen en otros países podrían llegar con mayor facilidad al aeropuerto de dicha urbe.

Ya sea en Houston o en Laredo, el juicio comenzaría el 22 de septiembre y abordaría la acusación de que Henry Cuéllar y sus esposa habrían aceptado cerca de 600 mil dólares en sobornos del Banco Azteca de México y de una compañía petrolera bajo el control del gobierno de Azerbaiyán.

El caso se ve complicado, pues antes de empezar el juicio, dos amigos cercanos a los Cuéllar ya se declararon culpables de haber participado en canalizar más de 200 mil dólares al congresista y su esposa en nombre del banco mexicano.