COLUMNA INVITADA

México frente a la revisión del T-MEC: oportunidad ante la tormenta

Escrito en OPINIÓN el

Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), las exportaciones de América del Norte caerán un 12.6% y las importaciones un 9.6% durante 2025, como consecuencia del llamado “Día de la Liberación”. Estas cifras encienden focos rojos para la región del T-MEC, pues arrastrarían el crecimiento del comercio global de mercancías en 1.7 puntos porcentuales, llevando al conjunto internacional a terreno negativo.

Para México, profundamente integrado con la economía de Estados Unidos, las repercusiones serían inevitables. El informe Perspectivas del Comercio Mundial y Estadísticas lanza una advertencia clara: el comercio internacional enfrenta una amenaza real de contracción este año.

La OMC proyecta una disminución del 0.2% en el volumen del comercio mundial de mercancías en 2025. Aunque parece modesta, esta caída contrasta con el crecimiento potencial de casi tres puntos porcentuales bajo un escenario de baja arancelaria. Si la situación se agrava, con un retorno a aranceles recíprocos y mayor incertidumbre en políticas comerciales, la contracción podría alcanzar hasta un 1.5%.

Frente a este panorama, México debe priorizar la negociación del futuro del T-MEC. Esta semana, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunció que México iniciará las consultas internas y trilaterales para la revisión del tratado en el segundo semestre de 2025, como establece el propio acuerdo, cuya evaluación formal está prevista para 2026.

Este proceso es crucial. El T-MEC ha sido clave para consolidar a México como la décima economía exportadora del mundo, con cerca del 90% de sus exportaciones dirigidas principalmente a Estados Unidos. Su estabilidad es pilar de confianza para los inversionistas, por lo que comenzar los diálogos con anticipación y claridad será determinante para mantener la competitividad de la región.

Como aclaró el secretario Ebrard, no se trata aún de una renegociación, sino de la etapa preparatoria para definir la agenda de prioridades. La participación del nuevo gobierno de Canadá aportará una dinámica política relevante en este diálogo.

Uno de los temas sensibles será el tratamiento arancelario fuera del marco del T-MEC, especialmente tras el “Día de la Liberación”. Por ello, anticiparse, coordinarse y hablar con una sola voz es indispensable. El comercio exterior, motor de nuestra economía, no puede esperar.

Si México quiere seguir atrayendo inversiones y fortalecer su posición regional, esta revisión debe entenderse como una oportunidad y no como una amenaza. De lo contrario, podríamos enfrentarnos al escenario catastrófico que advierte la OMC.

El economista en jefe de la OMC, Ralph Ossa, advierte que los aranceles generan efectos colaterales profundos y muchas veces imprevistos: reducen exportaciones, distorsionan flujos comerciales y, sobre todo, debilitan la confianza de los agentes económicos.

La OMC, además, enfrenta el reto de mantenerse como árbitro relevante del comercio mundial y de ofrecer soluciones que devuelvan estabilidad al sistema multilateral. Ha llamado a sus miembros a aprovechar esta crisis como una oportunidad para modernizar acuerdos, actualizar reglas y fortalecer los mecanismos de resolución de disputas.

Más allá de las cifras, está en juego el equilibrio del sistema global de comercio. Ya se observan desviaciones comerciales: las exportaciones de China hacia regiones fuera de América del Norte aumentarán entre un 4% y un 9%, a raíz de los nuevos aranceles de EE.UU. Esto intensificará la competencia en mercados alternos, afectando especialmente a países emergentes y menos desarrollados que tienen menos capacidad de reacción.

Si bien algunos de estos países podrían beneficiarse temporalmente -por ejemplo, en sectores como textiles y electrónicos donde compiten con China- estos beneficios serán frágiles y pasajeros. Una escalada arancelaria sostenida frenaría inversiones, rompería cadenas de suministro y deterioraría ventajas competitivas.

Por su parte, regiones como Asia y Europa mantendrán tasas de crecimiento moderadas. Asia crecerá 1.6% en exportaciones e importaciones, mientras que Europa proyecta un crecimiento de 1.0% en exportaciones y 1.9% en importaciones. Números por debajo de su potencial en condiciones normales.

Hoy más que nunca se requiere un llamado urgente a la responsabilidad colectiva. La proliferación de medidas unilaterales socava el sistema basado en reglas que ha permitido la expansión del comercio mundial durante décadas. La historia nos enseña que el proteccionismo, lejos de proteger, aísla y empobrece.