En el tema de la revocación de visas a figuras política, de las cuales sólo la gobernadora Marina del Pilar ha confirmado que efectivamente le retiraron el documento; funcionarios estadounidenses han señalado que hay una lista de decenas de personas públicas o de alto perfil en México que se estarían sumando a ese segmento restringido.
Todo esto ha generado un interesante debate, pues algunos expertos aseguran que ampliar esa postura a más personas, podría dificultar las relaciones entre México y Estados Unidos, pues hasta ahora, a pesar de la postura del presidente Trump que muchos han considerado como hostil, la presidenta Sheinbaum sigue inclinando su discurso al de un trato cordial entre ambos países.
Por ahora, estas medidas se estarían ejecutando bajo la Sección 212 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, en la que se considera que un extranjero, en este caso mexicano de alto perfil, puede llegar a ser considerado inadmisible si el gobierno estadounidense “sabe o tiene razones para creer” que hay alguna clase de colaboración con organizaciones delictivas, lo que se convierte en una herramienta para enviar un mensaje de la postura de la administración, utilizando una acción que requiere mucho menos carga de prueba que un juicio de prueba.
La reflexión de diversos analistas es que utilizar ese recurso como “sanción” o mensaje, sin que existan suficientes pruebas, lleva la relación binacional a un camino complejo.
En México, y Nuevo Laredo no es la excepción, las televisiones en los hogares van en aumento y las computadoras (incluidas tabletas) en descenso y, aunque podría sonar muy obvio que el 90.2 por ciento de las viviendas tengan una pantalla y sólo el 43.8 por ciento un dispositivo de escritorio, portátil o “tablet”, el hecho de que el primero vaya creciendo exponencialmente, dibuja una clara preferencia de las personas al entretenimiento.
Y claro, hay que considerar que muchas personas que tienen computadoras, laptops o tabletas es con fines de entretenimiento, también cierra la puerta a las otras posibilidades que ofrecen estos dispositivos para el aprendizaje, la lectura e incluso el desarrollo en muchos sentidos por las herramientas que éstas pueden tener para el diseño, escritura, entre otras.
Sabemos también que las televisiones “Smart” ofrecen en cada generación más posibilidades; sin embargo, la mayoría sigue utilizando éstas sólo para el entretenimiento, que de igual manera, a pesar de tanto contenido didáctico y cultural, inclina con frecuencia su popularidad a programación que no necesariamente ofrece algo de valor a las generaciones que tanto lo necesitan.