Al menos por tres meses habrá una “tregua” arancelaria entre Estados Unidos y China, bajando de 145 al 30 por ciento el gravamen que se había impuesto al país asiático, y aunque fue una reducción considerable, aún está por verse si este porcentaje sigue siendo excesivo para el ritmo del comercio a largo plazo.
Por lo pronto, la noticia fue bien recibida por los mercados bursátiles, que reaccionaron con números favorables.
Si bien este podría haber sido el plan desde el principio, de imponer un arancel exagerado del 145 por ciento, para que después el de 30 suene aceptable, sigue siendo una cantidad elevada que traería considerables incrementos en los precios de muchos productos.
Además, recuperar el ritmo del intercambio comercial luego de que éste prácticamente se había bloqueado entre ambos lados, tomará un poco de tiempo, por lo que aún podría experimentarse el faltante de mercancía en los exhibidores, debido a esa interrupción, mientras que una vez que regresen los productos, sin duda estos tendrían incrementos, suponiendo que todos continúen llegando.
Al final, aunque “suavizado”, para diversos analistas financieros, los incrementos en los precios de los productos son inminentes y con ello, los consumidores podrían no tener la misma confianza o solvencia para adquirirlos, como en las semanas previas a la imposición de este insólito arancel de Estados Unidos a los productos chinos.
Entre la incertidumbre de la segunda era Trump y los retos económicos que ya se experimentaban previo a su llegada, aún hay un panorama poco alentador, luego de un arranque estrepitoso de la nueva administración estadounidense.
En otros temas, toda la ciudad ha estado muy al pendiente de los operativos de la CFE en conjunto con la Guardia Nacional, pero de eso hablaremos mañana y, claro, esto le debe de preocupar sólo a quienes tengan su “diablito” en el medidor, pues el resto de los ciudadanos que pagan lo que sea que les salga en el recibo, en ocasiones con mucho sacrificio, pues deben estar tranquilos.