AULA ABIERTA

El doble rol de las mamás maestras

Hola querida familia, amigos y lectores, les saluda su amiga, la Maestra Diana.

Escrito en OPINIÓN el

Hoy quiero dedicar este artículo a todas esas mamás maestras, esas mujeres extraordinarias que, todos los días, equilibran su amor por la educación y por su familia. Muchas veces, lo que no se ve es el sacrificio que hay detrás de cada decisión, detrás de cada jornada, por ser madre y maestra a la vez.

No es fácil, y lo sé de primera mano. Como hija de una subdirectora brillante, la Dra. Luz Angélica Alemán, nieta de una extraordinaria directora Rosalva Valerio (+) y bisnieta de maestra comprometida María Fraustro (+), siempre viví el amor y compromiso por la educación. Ahora, como madre, comprendo profundamente el reto de ser mamá y maestra al mismo tiempo, mi hija Briana Carolina entiende que mi rol de directora de la Secundaria Técnica 21 “Felipe Ángeles”, ubicada en Comales, Tamaulipas, me lleva a estar lejos de casa en muchos momentos importantes. Pero ella sabe que, aunque no siempre pueda estar con ella físicamente en esos festivales o presentaciones, ella siempre viajará conmigo en mi corazón y mente. Es un vínculo inquebrantable que compartimos.

En la Secundaria Técnica #21 en donde trabajo, también hay maestras y personal educativo, todas ellas excelentes maestras, las cuales admiro y felicito y además que son madres que, como yo, luchan día a día por educar a otros niños, sin perder el cariño y dedicación por los propios. A menudo, nos vemos obligadas a poner el trabajo por encima de nuestros deseos personales, porque entendemos que nuestra misión va más allá de la enseñanza académica: educamos con valores, transmitimos principios, y damos lo mejor de nosotras para formar a futuros ciudadanos.

Además de ser maestras, nos convertimos en segundas madres para muchos de nuestros estudiantes. ¿Cuántas veces hemos escuchado historias de vida que nos rompen el corazón? ¿Cuántas veces hemos visto a esos chicos llegar con ojos llenos de tristeza o frustración, y sin pensarlo, nos convertimos en su refugio? A menudo, no solo les damos clases, sino también el consuelo que necesitan en ese momento tan difícil. Secamos sus lágrimas, les damos consejos y les brindamos apoyo emocional, porque los entendemos, los escuchamos y sabemos que, a veces, son nuestras palabras las que les dan fuerza para seguir adelante.

Ser mamá y maestra implica un equilibrio constante. En nuestras manos no solo está el futuro de nuestros alumnos, sino también el bienestar emocional y el desarrollo de nuestros propios hijos. No se trata solo de enseñar materias académicas, sino de ser un modelo a seguir, de ofrecerles una educación emocional, de inculcarles valores y, lo más importante, de demostrarles el amor incondicional que tenemos por ellos, a pesar de las horas que les dedicamos a otros niños.

Es importante que todos reconozcamos el esfuerzo que conlleva ser una mamá maestra. A menudo, nuestra labor en el aula se extiende más allá del horario laboral. Preparar clases, hacer materiales, calificar tareas, organizar actividades, y todo esto mientras pensamos en nuestras familias y en el tiempo que no podemos compartir con ellos. Pero lo hacemos con pasión, con amor y con la firme convicción de que estamos formando el futuro, no solo de nuestros hijos, sino de toda una sociedad.

Este esfuerzo y sacrificio no siempre se ve de inmediato, pero sabemos que está dando frutos. La satisfacción que sentimos al ver el crecimiento de nuestros estudiantes, y el apoyo incondicional de nuestras familias, es lo que nos da fuerzas para seguir adelante. No se trata solo de lo que hacemos, sino de cómo lo hacemos, con amor y pasión por cada rol que desempeñamos.

Hoy, en el Día de las Madres, quiero rendir homenaje a todas las mamás maestras. Ustedes son un ejemplo de perseverancia, amor y compromiso. Sabemos que la recompensa no siempre es inmediata, pero el esfuerzo que ponemos en formar a nuestros alumnos y en ser mejores madres es, sin duda, gratificante. La sociedad está orgullosa de ustedes, y aunque a veces no se vea el esfuerzo, el impacto que tienen en la vida de sus hijos y alumnos es invaluable.

Queridos lectores, los invito a reflexionar sobre este tema. A todas las mamás maestras, ¡Feliz Día de las Madres! Gracias por ser una inspiración para todos, por su entrega y por su amor. ¿Qué opinan? ¡Me encantaría escuchar sus opiniones!

Con cariño a mis lectores,

La maestra Diana Alejandro

P.D. Quiero hacer una mención especial a mi cardiólogo de cabecera, el Dr. Miguel J. García Rojas Armengol, y a su querida esposa, a quienes agradezco profundamente por su dedicación y apoyo.