RÍO REVUELTO

Las aventuras de Tommy Boy

Escrito en OPINIÓN el

Tomás Yarrington sigue dando de qué hablar, y es que luego de su reciente deportación/extradición a México, creyó que acá la tendría fácil y podría volver a disfrutar de sus millones respirando aire fresco, al maniobrar con las leyes, comenzando con una impugnación a la negativa de suspensión provisional para de esta manera no ser detenido cuando fue enviado de Estados Unidos a nuestro país.

Obviamente un Tribunal Colegiado Federal en el Estado de México declaró infundado su recurso de inconformidad y le dijeron que debía seguir preso en el Altiplano, en Almoloya de Juárez, junto con otros de su calaña.

El ex gobernador, que para muchos fue una figura -y todo un pionero- en elevar el nivel de corrupción y colusión de un gobierno con el narcotráfico, está acusado de delitos contra la salud y las autoridades federales lo vinculan a cárteles de la droga.

Obviamente dejarlo ir sería lo peor, luego de que fuera arrestado por la Interpol en Florencia, extraditado a Estados Unidos donde permaneció preso y ahora entregado a México para que cumpla acá también.

Usted que nos lee tal vez considere que en eso de los pioneros de la modalidad de narcogobierno a gran escala -porque es bien sabido que se hacía incluso antes- nos falta mencionar a Cavazos Lerma, sin duda tiene razón, pero por todas sus aventuras tendremos que dedicarle más adelante su propio texto, por ahora el que está con los reflectores es Yarrington.

El legado de TYR o la forma de recordarlo sin duda será por sus vínculos al crimen organizado y en general por corrupción, pues si bien en su momento pudo haber gestionado alguna que otra obra, claro, por cumplir y para cobrar su ‘diezmo’, la mayoría de estas no han trascendido ni opacarían todas malandradas, que marcaron un antes y un después en la forma de hacer narcopolítica.