Citar al estado neolonés como un lugar de paseo, atracción y descanso, es pensar en miles de pesos para costearlo, claro sin “tocar” los destinos de gran exclusividad, sitios que hacen de Nuevo León, el pequeño “Apartheid” turístico.
Al verse y sentirse que dicho estado vecino de Tamaulipas, turísticamente hablando y en cuestión de calidad, comodidad costo y servicio, es prácticamente un lugar dirigido más para la gente de enorme capital económico que para el visitante común y corriente.
No, no se trata de hacer un comparativo de economías entre la sociedad turística que se dirige a Nuevo León, sino más bien de interpretar cómo es que este estado la recibe, que les ofrece a unos y a esos otros de todos sus espacios de entretenimiento y descanso.
Con esto se quiere entender que Nuevo León segrega de cierto modo a su turismo, pues mientras que ciertos lugares turísticos en todos sus formatos ofrecen formidables construcciones y de primer nivel por lo mismo para muchos inalcanzables, otros en verdad que de emocionantes no tienen nada, al entender que tan solo el nombre o la promoción del sitio es lo atractivo, al sufrir de abandono al no brindárseles el mismo apoyo ni interés.
Hace unas semanas un lamentable accidente automovilístico ocurrido en Nuevo León enluto a Tamaulipas, siniestro que puso en evidencia la falta de atención en su mantenimiento al tramo que da acceso al turístico lugar conocido como “Cola de Caballo”.
Accidente que no es nada nuevo en dicho paseo, pues semana tras semana, los eventos vehiculares se dan ahí como roturas de llantas por asfalto en mal estado, salidas de camino a falta de rieles de contención, a eficientes señalizaciones, a esa escasa iluminación mercurial.
Así como este sitio “turístico” neolonés, existen muchos más entre parques, plazas, balnearios, lagos, de travesía, de alpinismo entre otros que no cuentan con esa atención suficiente y necesaria para brindarle si, esa seguridad, ese bienestar durante el trayecto o permanencia al que acude a dichos lugares.
Sobre estas deficiencias, es una lástima que Nuevo León promocione, siga impulsando este tipo de atractivos, pero sin ofrecer esa garantía de excelso mantenimiento, acondicionamiento aun y ante graves y constantes situaciones de peligro que conllevan a lesiones, incluso a la muerte de sus usuarios, de sus visitantes como el recientemente ocurrido.
La proximidad de la Semana Santa por supuesto que está en la mira turística de Nuevo León, pues cientos o quizás miles de personas acudirán a dicho estado a gozar de sus atractivos, sin embargo, cierto es que el peligro de algunos lugares sigue siendo constante ante ese nulo mantenimiento, actualización y marcado de rutas sobre todo a los de campo abierto.
Sobre esto no es por demás agregar que la Secretaria de Turismo en ese estado de Nuevo León y a través de sus páginas oficiales, indica que esperan recibir más de mil doscientos millones de pesos del turismo, y que contaran con una ocupación hotelera de más de ciento treinta y seis mil turistas hospedados.
Al presumir que contaran con atractivos de “elite” como encuentros futboleros, de béisbol, espectáculos de Broadway, Pretty Woman y Chicago, resaltan los esperados festivales musicales Pal Norte, el evento internacional Freestyle Nitro circus World tour, el festival familiar Easter Feaster y el campeonato regional de Pokemon en Cintermex. Anuncia por igual de otros atractivos como el Festival de Globos Aerostáticos, el Acuario Sealand y el TopGolf.
Todo esto refiere la Secretaria de Turismo de dicho estado, que los convierte en un destino atractivo y competitivo, sin embargo y ante tanta riqueza turística la pregunta obligada es: ¿Por qué una parte de esa captación monetaria no se invierte en esos otros austeros espacios turísticos? ante tanta economía, ¿Por qué existe entonces ese deterioro y poca atención a sitios tal y como el “Cola de Caballo”?
Ese “frotamiento” de manos adelantado de parte de la Secretaria de Turismo neolonés con respecto a esa gran utilidad del turismo que ellos como autoridades ya pronostican, difiere y en demasía sobre los cuidados y mantenimientos no a los sitios de “elite”, sino a esos en donde las familias acuden acorde a su economía.
Por todo esto, y sobre esta “segregación” de atención a espacios turísticos, bueno sería que el gobierno de Nuevo León y a través de su Secretaria de Turismo, recapacitara y brindara no tan solo ese mantenimiento, ese cuidado, sino esa atención igualitaria, así los dineros de los muchos abarquen en cuidados y atenciones a los menos, esto como un respeto y cuidado a ese turismo que todo el año acude a visitarlos.