La proliferación de perros callejeros es un problema añejo que recientemente ha alcanzado un punto crítico al convertirse en un problema de salud pública y por lo tanto en un debate que divide opiniones.
Cada mes se registran al menos seis ataques de perros a humanos y aunque desde gobiernos anteriores cuando se determinó ya no continuar con los sacrificios de perros, la proliferación de caninos callejeros se disparó a niveles alarmantes, y aclarando, no es que estemos a favor de la matanza, sino que en su momento la iniciativa no se contrarrestó con medidas como la esterilización masiva, simplemente se dejó crecer el problema y hoy aunque existen esos programas, por el enorme volumen ya es más complicado corregir o reparar esa coyuntura.
Más allá de los esfuerzos tanto de los gobiernos en la localidad en conjunción con los organismos civiles, puede que haga falta legislar con base en estudios, para atacar el problema de una manera integral, considerando todos los posibles aspectos en que podría impactar la nueva estrategia que se implemente.
Mantener las campañas de esterilización será vital para que el problema no crezca al mismo ritmo, pero con ayuda de algunas legislaciones se podría tener personal especializado en la captura y esterilización de los animales y así evitar que estos continúen reproduciéndose.
En la vecina ciudad de Laredo es mucho menos frecuente ver perros callejeros, mayormente por las leyes que responsabilizan a los dueños de sus mascotas, especialmente de las agresiones, pero también los obligan a cumplir con una serie de leyes sanitarias, y tal vez podríamos tomar un poco de ese ejemplo y adaptarlo a nuestra situación, pues tampoco se trata de replicar el modelo estadounidense.
Muchas son las opciones para darles una vida digna a los perros y gatos en Nuevo Laredo, y parte de esa gran responsabilidad depende de todos los ciudadanos, pues son seres vivos que merecen todo nuestro cariño y cuidado.