Se acerca la primavera, por lo que dejaremos de usar ropa de invierno y algunos de nosotros si hicimos las comilonas del Guadalupe Reyes tendremos que adelgazar o renovar nuestra ropa, dependiendo del lugar donde habitemos de México. Por lo que serán tiempos de decidir si darle otra oportunidad a tu ropa o quizás hasta rescatar la camiseta vieja de algodón que habías olvidado en el fondo de un cajón o renovarán para no comprar y ampliar su vida útil. Recuerda que no sólo es reciclar sino cuidar una serie de recursos naturales que estuvieron involucrados en generar prendas de vestir de algodón o de material sintético, y que son necesarias para cubrir nuestro cuerpo de la inclemencia del clima.
Porque sabrás que el usar ropa y vestirse está sucediendo desde hace aproximadamente 10 mil años, cuando no cubríamos el cuerpo con prendas hechas de tela, sino más bien usábamos piel, cuero u otros materiales orgánicos provenientes de medio ambiente y que quizás no tenía un impacto ambiental significativo. Sin embargo, la evolución de la sociedad y el crecimiento poblacional (8,231,613,070 personas en el planeta en 2025), te dará una idea del impacto ambiental que está generado los residuos de ropa o textiles y que será significativo en 2025.
Porque no olvides, que a la par de la evolución de las sociedades humanas se daría el desarrollo de la moda y la economía del vestido. Sin embargo, durante este proceso de generación de la moda y la ropa, traería consigo la generación de residuos no solo de ropa sino del propio proceso de creación de la prenda, en donde pasamos de las pieles a fibras naturales como el algodón extraídas de plantas, hasta materiales provenientes de petróleo, lo cual implica una diversidad de materiales y costos de las prendas de vestir. Así, hoy se pueden adquirir prendas con precios de miles o millones de pesos (dependiendo de las marcas y el material) hasta precios de diez o veinte pesos por prenda de segundo uso vendidas en mercadillos rodantes e incluso puedes obtener ropa gratis que se abandona en vía pública.
En caso de los residuos de textil (hilos, recortes de tela, etcétera) provienen de pequeña o grandes industrias, como ejemplo en la ciudad de México en donde se generaron en alrededor de 3 mil 700 millones de toneladas de residuos textiles de cama, ropa interior y cortinas de los cuales solo se recicla menos del 1%, y el resto termina en tiraderos clandestinos o vía pública (SEMARNAT, 2022), e incluso se estima que los residuos de este tipo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura.
Aunado a lo anterior otro proceso, de los que mayor impactan al ambiente, implica desde obtener la fibra hasta el teñido de la tela que se usará en una prenda colorida. Así, por ejemplo, obtener una camiseta de algodón requiere aproximadamente 2.700 litros de agua para convertirla en un tejido que se pueda usar y para obtener un kilo de algodón se requieren unos 10.000 litros de agua. En caso de pantalones vaqueros o de mezclilla se necesitan unos 8.000 litros, que equivale al número de litros que se toma una persona en unos siete años (Seller, 2023) y si se tiñe 400 kilogramos de tejido de poliéster y algodón, a un color beige, se requieren 8.000 litros, que serán aguas residuales difíciles de depurar.
Ante lo descrito, te preguntaría ¿Qué haces tú con la ropa vieja y cuánta compras al año? Si no puedes responder esto, hay algunas ideas que te puedo proponer que van desde renovarla o darle una nueva imagen a tu ropa, sin que esto implique que te vuelvas modista o sastre. Está lo clásico de hacer trapos de limpieza, tapetes o trapeadores; rellenar cojines y/o almohadas con trozos de tela. Finalmente, las acciones más redituables o satisfactorias son: vender ropa usada en línea o llevarla a un centro de reciclaje o donarla a lugares que las regalan a personas en condición de calle y migrantes. Eso sí, ¡por favor! no las dejes en vía pública porque solo serán residuos huérfanos que pocos querrán adoptar.