AULA ABIERTA

Alimentación escolar: La clave oculta del éxito académico

Hola querida familia, amigos y lectores, les saluda su amiga, la Maestra Diana.

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La educación es la base del futuro de nuestros niños, pero ¿qué pasa si esa base se tambalea por algo tan esencial como la alimentación? En muchas ocasiones, los estudiantes llegan a la escuela sin haber desayunado, lo que afecta su concentración, rendimiento y comportamiento en el aula. La ciencia lo respalda: un desayuno equilibrado es fundamental para un buen aprendizaje.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “una alimentación saludable durante la infancia y la adolescencia es fundamental para el crecimiento y el desarrollo, así como para mejorar el desempeño académico y prevenir enfermedades a largo plazo”. Esto significa que un plato de comida antes de ir a la escuela no solo satisface el hambre, sino que prepara el cerebro para absorber conocimientos, resolver problemas y mantener la atención.

Los expertos coinciden en que un desayuno balanceado debe incluir carbohidratos saludables, proteínas y grasas buenas. Por ejemplo, una combinación de avena con frutas, huevos con tortilla de maíz o un licuado con nueces pueden marcar una gran diferencia. Estudios han demostrado que los niños que desayunan adecuadamente tienen mejor memoria, mayor capacidad de resolución de problemas y una actitud más positiva en el aula.

Por el contrario, cuando los alumnos asisten a la escuela con el estómago vacío, pueden experimentar fatiga, irritabilidad y dificultades para concentrarse. En el peor de los casos, esto se traduce en bajos desempeños académicos y mayor riesgo de deserción escolar. ¡No podemos permitirlo!

La alimentación es el combustible del conocimiento. Un niño bien alimentado es un niño con sueños y metas alcanzables. Cada desayuno es una oportunidad para sembrar éxito en su camino. ¡No subestimemos el poder de un plato de comida saludable!

Como padres, maestros y comunidad, tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que nuestros niños tengan un inicio de día saludable. Pequeños cambios en la rutina matutina pueden generar un impacto positivo a largo plazo en su rendimiento y bienestar. Recordemos que una buena alimentación no es un lujo, es un derecho.

Invertir en la alimentación de nuestros niños es invertir en su futuro. Cada bocado nutritivo es un paso hacia un mejor mañana. ¡Juntos podemos hacer la diferencia!

Queridos lectores, los invito a reflexionar sobre este tema. ¿Qué opinan? ¡Me encantaría escuchar sus opiniones!

Con cariño a mis lectores,

La Maestra Diana Alejandro

Correo: diana.alejandroaleman@gmail.com

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