Ayer por la mañana -e incluso desde la noche-, las kilométricas filas en la carretera Monterrey-Laredo tuvieron su triste regreso a pesar de que nadie las extrañaba.
En diferentes momentos, tramos y causas, las reacciones de los viajeros inundaron las redes sociales con quejas, imágenes y cuestionamientos que de alguna manera volvían a exigir replantear la problemática que lejos de ser un caso aislado o alguna eventualidad, como la quieren ver autoridades neoleonesas, requiere de atención especial para agilizar esta vía tan importante, sin importar si se trata de algún percance, obras e reparación, falta de personal en casetas de peaje o cualquier otra situación que derive en un congestionamiento como el de ayer en el que un trayecto que promedia un par de horas, se extienda a cuatro o más, como hace algunos meses que llegaron a ser jornadas de hasta ocho horas, con muchos momentos de total inmovilidad.
Las razones suelen ser variadas, y al usuario, al igual que al comercio, no le importan las excusas, sino las acciones para atender con rapidez y agilizar el tráfico, pues si bien muchos empatizan con algunas causas, como los accidentes viales, es claro que podría buscarse una manera de actuar en la escena, para buscar la apertura de al menos un carril a la brevedad posible, para que el tráfico no quede totalmente detenido mientras se realizan las obras de remoción de las unidades dañadas.
En ocasiones es necesario legislar para que las autoridades cuenten con el marco legal que les permita evitar o agilizar ciertos protocolos, pero también es necesario contar con el equipamiento, como maquinaria o grúas para que al momento de un incidente, puedan responder con rapidez al retiro de las unidades dañadas, así como disponer de personal para las casetas de peaje, por citar algunos ejemplos respecto a las causas más frecuentes de filas kilométricas en esta vía.
Los grupos dedicados al estatus de la carretera, así como las búsquedas en los portales noticiosos, en torno a ese mismo tema, se han vuelto extremadamente populares precisamente por la frecuente problemática que no discrimina a la de cuota o la libre, pues los usuarios buscan precisamente saber cuál de las dos utilizar en algún momento específico, para evitar estar varados por horas en la carretera, especialmente ahora que el calor intenso parece estar haciendo también su regreso.
De alguna manera las altas temperaturas y los accidentes viales han tenido en muchas ocasiones un interesante vínculo, ya sea por los efectos que tiene en el cuerpo humano o en el vehículo, que de igual manera es vulnerable al clima severo, sólo esperemos que con estos dos factores no se estén conjugando con tanta frecuencia este año.