Un 14 de diciembre, pero de 1859, se celebró el Tratado McLane-Ocampo, formalmente como Tratado de Tránsito y Comercio, que fue un acuerdo entre los Estados Unidos y el gobierno liberal de México, encabezado por Benito Juárez, firmado en el puerto de Veracruz en México. El tratado concedió a Estados Unidos y a sus ciudadanos derechos perpetuos de tránsito, militares y otros derechos extraterritoriales en suelo mexicano y fue controvertido tanto en México como en Estados Unidos, pues para México, fue visto como una traición al país al ceder la soberanía a Estados Unidos, que ya había derrotado a México y anexado vastas extensiones de su territorio en la guerra entre México y Estados Unidos una década antes, pero prometía al gobierno liberal, que se encontraba en apuros económicos, los medios para continuar la guerra contra los conservadores.
Concretamente el tratado habría cedido a perpetuidad el derecho de tránsito por el istmo de Tehuantepec a los Estados Unidos, por un pago de cuatro millones de dólares, desde el puerto de Tehuantepec en el sur, hasta Coatzacoalcos en el Golfo de México, y con la responsabilidad de México de emplear fuerzas militares para la seguridad de las personas que transitasen por el mismo. Asimismo, ceder a perpetuidad el derecho de tránsito a favor del vecino país del norte, desde la ciudad de Guaymas hasta el Rancho de Nogales u otro punto conveniente de la frontera entre la República de México y los Estados Unidos y ceder a perpetuidad el derecho de tránsito a la Unión Americana, desde cualquier punto entre Camargo y Matamoros, u otro sitio de la frontera de Tamaulipas, vía Monterrey, hasta Mazatlán.
Los periódicos de Europa y Estados Unidos expresaron su asombro ante la magnitud de las concesiones que se habían hecho y opinaron que el tratado convertiría a México en un protectorado de los Estados Unidos. Finalmente, el Senado de los Estados Unidos rechazó la ratificación del tratado en 1860. Si se hubiera ratificado, habría otorgado un control importante sobre el territorio mexicano que se consideraba un punto de tránsito crucial desde el Caribe hasta el Océano Pacífico.
La firma del Tratado era de particular importancia para el gobierno constitucionalista, porque representaba el reconocimiento de los Estados Unidos de América al gobierno que encabezaba Juárez en calidad de Presidente constitucional y de esta forma el gobierno liberal obtenía automáticamente el apoyo militar de los Estados Unidos de América en las condiciones que se establecían en los acuerdos binacionales anteriores, como los referentes a los contrabandistas y filibusteros que pudieran amenazar las costas de ambas naciones. Aunque el tratado McLane-Ocampo no fue ratificado por el Senado estadounidense, sirvió para que se reconociera al gobierno de Juárez y consecuentemente derrotar a los conservadores en México.
Afortunadamente no se firmó. Así se las gastaba Benito Juárez. ¿No que fue un gran presidente? Lo dudo. Hasta pronto.
