“La muerte no es nada para nosotros, porque cuando existimos, la muerte no está presente, y cuando llega la muerte ya no existimos”: Epicuro en su carta a Meneceo.
Este día de muertos en que los mexicanos festejamos a nuestros ancestros fallecidos, hacemos parodia con la muerte en nuestras canciones, tradiciones y para muestra basta un botón, el clásico ranchero de Tomás Méndez, compositor zacatecano, que compuso la canción “La Muerte” popularizada por el Charro Avitia., dice:
Ajaja ay ay ay ajajaja
Viene la muerte luciendo mil llamativos colores.
Ven a darme un beso pelona, que ando huérfano de amores.
El mundo es una arenita y el sol es otra chispita, a mí me encuentran tomando con la muerte en las cantinas.
No le temo a la muerte, más le temo a la vida, como cuesta morirse, cuando anda el alma herida, sí señor como da trabajo morirse.
Ajajajajaja
Dicen que van a asustarme llevándome a tu presencia, si estás durmiendo en mi vida, es natural si despiertas.
Se va la muerte cantando entre la nopalera, en que quedamos, pelona, me llevas o no me llevas…
Ese es nuestro folcklore, pero déjeme decirle querido lector, que cuando somos niños y en nuestra adolescencia vivimos un mundo de vivos, sólo escuchando relatos de personajes que fueron nuestros ancestros en el imaginario, porque no les conocimos.
Pero pasados los 50s ya vivimos un mundo de vivos con otro de muertos que fueron nuestros abuelos padres, tíos, hermanos o amigos, podríamos decir que un 50% para vivos y muertos por igual, pero conforme avanzamos en edad, el porcentaje se vuelve mayor para los muertos y al llegar a edades avanzadas nuestros contemporáneos ya fallecieron y nuestros sucesores ni nos conocen.
Esa es la ingratitud de la vida, los mexicanos sabemos bien y bien que sabemos de esto por ello se celebra el día de muertos donde traemos nuevamente al mundo vivo a nuestros ancestros y en el centro del país en el panteón se hace la fiesta y la algarabía, es manifiesta con mariachi, comida y chupe.
¡Viva México, el ombligo de la luna y sus tradiciones, sí señor!
