SOPA DEL DÍA

El muro de la ingenuidad: una reflexión a carta del exalcalde de Laredo, el muro, y México

Escrito en OPINIÓN el

El exalcalde de Laredo, Texas, Pete Sáenz, publicó en sus redes sociales una carta en la que la ingenuidad de que el muro traerá mas seguridad a EU, pero también simplifica muchos puntos que valdría la pena valorar.

En esta ocasión, primero pondremos la carta del señor Sáenz, y posteriormente, se añadirán algunas consideraciones que consideramos pertinentes. Finalmente, usted amable lector o lectora, podrá expresar su opinión:

Reflexión personal sobre la seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México:

Aún no hemos visto lo peor. Si pensamos que la instalación del Muro será la última palabra en los problemas de seguridad de la frontera suroeste, estamos siendo ingenuos. Hasta que México, con la ayuda de sus aliados, enfrente y desarraigue a los Cárteles y sus evidentes tentáculos que se extienden por todos los niveles del gobierno mexicano, quienes vivimos en la frontera no podremos respirar con tranquilidad.

Durante años, los Cárteles, a través de sus pandillas, han infiltrado nuestra frontera y los Estados Unidos, como se ha informado ampliamente. Los cárteles no se rendirán: son criminales, lo peor de lo peor, y han ganado poder y protección durante décadas. No está en su naturaleza, ahora ni nunca, capitular voluntariamente. Hasta que sean removidos por la fuerza o destruidos, los Cárteles no tendrán otra opción que volverse más creativos e intensificar sus actividades ilícitas, incluido el tráfico de drogas y de personas en y entre nuestros puertos terrestres de entrada.

Sus acciones seguirán poniendo a prueba nuestras medidas de seguridad fronteriza, incluido el Muro, la Patrulla Fronteriza, la CBP, otras agencias federales y las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, junto con todo el alcance de sus recursos tecnológicos. Creo que los Cárteles no podrán vencer a los Estados Unidos; y francamente, deben perder, de una forma u otra, para que la relación entre Estados Unidos y México pueda mejorar y prosperar.

En este sentido, también anticipo la posibilidad de una revolución interna en México —política o de otro tipo— en la que ciudadanos mexicanos de todos los sectores exigirán justicia y rendición de cuentas. Un movimiento así podría generar un flujo significativo de personas que busquen asilo en Estados Unidos para protegerse. Ya estamos viendo los inicios de ese movimiento, desencadenado por el reciente asesinato público del alcalde Carlos Alberto Manzo, de Uruapan, Michoacán, México. La duración y el éxito de cualquier esfuerzo para desmantelar a los cárteles dependerá en gran medida de qué tan rápido, decidido y exhaustivo sea el proceso de depuración.

Espero, en vida, volver a cruzar a Nuevo Laredo y disfrutar del calor y la belleza de su gente (nuestros hermanos y hermanas) y de la bondad que ofrecen, sin miedo a la malversación, la extorsión o, peor aún, el secuestro. Hasta que nuestros amigos y vecinos mexicanos se liberen de este flagelo, de este lado de Estados Unidos debemos seguir confiando en nuestras medidas y protecciones de seguridad fronteriza. Lo más importante es que siempre debemos mantener la esperanza y la oración por un México mejor y más seguro, lo que a su vez hará una frontera estadounidense mejor y más segura.

¡Viva Nuestro Laredo!

Pete Saenz, Jr.

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Hasta aquí termina la carta del señor Sáenz. A continuación,  añadiremos algunos puntos que podrían ser también considerados:

1. “No hemos visto lo peor”

Refutación: La premisa es incompleta. La violencia no es un fenómeno unilateral ni exclusivamente mexicano. El crimen organizado opera en ambos lados de la frontera, con redes de distribución, lavado de dinero y tráfico de armas que dependen del mercado estadounidense, de su demanda interna y de sus vacíos regulatorios.

Plantear que solo México debe “erradicar” a los grupos criminales sin reconocer la responsabilidad compartida distorsiona la realidad y dificulta cualquier solución seria.

2. Los cárteles han infiltrado nuestra frontera de EE.UU.

Refutación: Los cárteles funcionan como sistemas binacionales. En Estados Unidos existen pandillas asociadas, redes financieras, compra masiva de armas, distribuidores locales y operaciones logísticas. Hablar de “derrotarlos” únicamente desde el lado estadounidense elude el papel central del consumo de drogas, que sigue siendo el motor económico del negocio. La estrategia realista no es militar: es cooperación judicial, financiera, de inteligencia e institucional, no retórica bélica.

3. Se necesita más muro y más control

Refutación: Los datos demuestran que el muro no detiene ni drogas, ni personas, ni armas; solo dificulta y encarece los cruces. La mayoría de las drogas incautadas entra por puertos de entrada legales, escondida en autos, tráileres o cargamentos comerciales, no entre matorrales ni desiertos. Además, la mayoría de las armas que usan los cárteles proviene de tiendas estadounidenses, adquiridas de manera legal o mediante compras “fantasma”.

Un muro no interrumpe esos flujos, porque el tráfico es:

Drogas ? norte, por puentes o envíos comerciales.

Armas ? sur, desde armerías estadounidenses.

Dinero ? ambos sentidos, mediante bancos, empresas fachada y criptomonedas.

4. Habrá una revolución interna en México que causará un éxodo hacia EE.UU.

Refutación: Es una afirmación especulativa sin sustento empírico. Las crisis mexicanas no han generado revoluciones de este tipo en un siglo. Además, la migración actual es mayoritariamente de centroamericanos, sudamericanos, caribeños y africanos, no de mexicanos. Las tendencias migratorias mexicanas llevan años a la baja, y las solicitudes de asilo de mexicanos no han mostrado un aumento que indique un colapso interno. Presentar un asesinato lamentable como presagio de una revolución nacional es una exageración retórica, no un análisis de riesgos.

5. Hasta que nuestros amigos y vecinos mexicanos se liberen de este flagelo, de este lado de Estados Unidos debemos seguir confiando en nuestras medidas y protecciones de seguridad fronteriza.

Refutación: La relación bilateral México–Estados Unidos depende de comercio, industria, inversión, cadenas de suministro, energía, agua, migración, seguridad y diplomacia, no de un solo factor. Ambas naciones han cooperado durante décadas porque son profundamente interdependientes, y su relación es muchísimo más amplia que la seguridad fronteriza. Reducir todo a un enfoque militarista es desconocer la realidad económica y social de una región donde Laredo–Nuevo Laredo es la frontera comercial número uno de América del Norte.

Una visión paternalista no abona a soluciones. México ha enfrentado costos humanos y económicos enormes combatiendo a los cárteles; miles de policías, soldados, periodistas y civiles han muerto. La seguridad fronteriza no es caridad: también beneficia a EE.UU., cuya población consume las drogas, cuyos ciudadanos compran las armas, y cuyos bancos han lavado miles de millones de dólares. México necesita socios, no tutores; necesita cooperación, no discursos que reducen un problema complejo a estereotipos.

6. El muro y la seguridad

Refutación: Los muros no eliminan amenazas, solo las desplazan. La migración no se detiene: cambia de ruta. El tráfico no disminuye: innova. Funcionarios estadounidenses y estudios académicos han documentado cómo un muro: No impide túneles. No detiene drones. No frena tráfico por puertos legales. No afecta lavado de dinero.

No toca redes criminales estadounidenses. El muro es una herramienta simbólica, no una solución operativa.

EN CONCRETO

La seguridad fronteriza no se construye con muros ni culpas unilaterales, sino con:

Cooperación binacional real: financiera, judicial, tecnológica y policial. Responsabilidad compartida sobre drogas, armas y dinero. Políticas de desarrollo, no solo contención. Regulación y control de armas en EE.UU., que hoy alimentan a los cárteles. Estrategias multilaterales, no narrativas simplistas.

¿Usted, estimado lector, o lectora, qué opina?