Ayer de nueva cuenta una tragedia sacudió la comunidad de los dos Laredos, con la muerte de una pequeñita de apenas un año y nueve meses que fue atropellada accidentalmente por su madre.
Si bien hubo algunas críticas, la mayoría se inclinó a solidarizarse con la familia por los difíciles momentos en el marco de este triste suceso.
Entre las reflexiones, muchas madres y padres recordaron ocasiones en las que sus hijos aprovecharon algún descuido o distracción momentánea para escabullirse o hacer alguna travesura, representando situaciones con algún grado de riesgo, que en la mayoría de los casos quedaron solo como anécdotas de sustos.
Bajo ese entendimiento, muchas familias enviaron mensajes de empatía a los seres queridos de la bebé que pasó a mejor vida, comprendiendo que los accidentes suceden e invitando a reflexionar de manera comunitaria al respecto, además de tomar en cuenta este hecho, para extremar precauciones.
Si bien con relativa frecuencia se registran percances con consecuencias fatales en la ciudad, la tragedia de ayer conmocionó a la ciudad de una manera más profunda y dolorosa, al tratarse de una inocente vida que apenas comenzaba.
Los últimos días se han registrado otras tragedias que han enlutado familias neolaredenses por accidentes de tránsito, en los que la mayoría coincide, sólo queda aprender de lo sucedido y ser empáticos con los seres queridos que viven esas pérdidas.
Con las fiestas decembrinas en puerta, más que nunca es importante el llamado a cuidarnos entre todos, a no subestimar y a extremar precauciones, pues lamentablemente esta época que debería ser solo de convivencia, registra casi de manera tradicional, un repunte en las tragedias.