La semana pasada tuve que ir al sistema de salud de gobierno federal y debo indicar que me hizo recordar la época de niña cuando iba con mi madre y mis hermanos a consulta; debo aclarar que eso fue hace más de 30 años (sé que parece la prehistoria) pero eso precisamente es lo que me llevó a reflexionar esta nota que ahora escribo.
Le compartiré algunos temas que me son gratos recordar relacionados al sistema de salud federal, que éramos afiliados por mi padre, quien cotizó y laboró por más de 30 años para el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Algunas cosas gratas a recordar, que si bien mi generación vivió en crisis económica todo el tiempo; los vales de despensa que le otorgaban a mi padre como parte de su derecho como trabajador nos permitía comprar la canasta básica en tiendas del ISSSTE, siendo que éstas cumplían una función importante para el/la trabajador (a) que era ofrecer productos a buen precio y calidad, además que existían en muchas tiendas en condiciones dignas para los trabajadores del Estado.
Retomando el tema del sector salud, después de varios años de no tener que ir a consulta al ISSSTE por algo grave, tuve que asistir y me vi en medio de la sala de espera del hospital, esperando mi turno ante la larga fila de pacientes. Así, tomé el consejo de otro paciente sentado junto a mí, quien me indicó: “Tómelo con calma y mucha paciencia”, porque aquí no cambia nada. Por ello, me senté relajadamente y comencé a ver mi entorno, del cual debo indicar que, bien le han dado un “manita de gato” a los hospitales generales y el de Especialidades en Nuevo León, es decir, unos brochazos de pintura, arreglado los sanitarios para que tenga agua y luz, limpieza a unos pisos que por años se han ido percudiendo por una deficiente limpieza y porque miles de pacientes pasan por ahí año con año.
Desafortunadamente, aun con la remozada se nota el abandono y pobreza que han ido heredando los distintos gobiernos, esto se nota al ver los espacios de consulta en situación paupérrima, con apenas instrumental básico, las sábanas y equipo en sala que ocupa para algunos procedimientos médicos dan un poco de miedo. Esto me llevó a reflexionar que no ha cambiado mucho el servicio de salud para los trabajadores del Estado, siendo que se puede ver aún las familias que deben llevar desde las sábanas, el papel de baño, pasando por el jabón hasta las toallas, porque la institución no cuenta con recursos económicos para tener sábanas limpias y sin agujeros como queso Grullere que ponen en camas de revisión.
Tristemente ahora la pobreza y envejecimiento del servicio de salud continúa o muy poco ha mejorado, quizás lo único joven son los médicos, enfermeras y algunos apoyos de limpieza, pero el resto el personal administrativo y el propio sistema de salud ha seguido el proceso natural de envejecer, incrementado las carencias en infraestructura, mobiliario, insumos y material. Mientras que la población derechohabiente envejecemos y nos enfermamos a un ritmo acelerado en relación a las mejoras que pueden darse en los sistemas de salud.
Por ello, es indispensable que quienes toman decisiones, aporten recursos económicos e inversión a una mayor velocidad, siendo que los/los trabajadores/as de gobierno requerimos un servicio de salud digno, ya que aportan largas horas de trabajo y tiempo de su vida a la sociedad como funcionarios públicos.
Así, es importante mejorar los servicios de salud no solo del ISSSTE al que hago referencia, sino todos los sistemas de salud porque acorde el INEGI (2024), la situación del acceso a servicios de salud en México ha empeorado en los últimos años, al darse un aumento de la carencia de 15.6% en 2016 a 34.2% en 2024, y si bien hubo una ligera reducción entre 2022 y 2024, no se indica en qué condiciones se brinda el servicio. A lo que se suma la fragmentación del sistema (público y privado) que ha evitado la mejora en calidad y tiempos de espera, sobre todos en los estados.
Esto me lleva a plantearte una pregunta: ¿en tu ciudad como percibes el servicio de salud pública al que tienes acceso como trabajador o derechohabiente?
