SELVA URBANA

El México que hay que cambiar

Escrito en OPINIÓN el

Los legisladores federales de nuevo manchando la garra y ensuciando el apellido, asegurándose para sí un gran tesoro, aumentándose sueldos e ingresos varios, mientras que votan para reducir los fondos para educación, salud, justicia, derechos humanos y otros.

En serio que hay que cambiar en México mucho de lo que apesta a diputados y senadores, para que la nación vaya hacia adelante.

El país merece más justicia, que sea más pareja la cosa y más democrática y equitativa la repartidera, pero no se conseguirá con esos señores y señoras en primer plano, primero decidiendo el beneficio para ellos mismos y luego dejando que el país se las arregle con los pocos presupuestos para distintos rubros importantes.

Hay que dejar atrás las rebatiñas de la lana, acabar con los cotos de poder, las prebendas y el siempre molesto, “para mí sí, para ti no”. Ya la semana que sigue se viene un gran Pedro ¡Y gratis! Con lo del llevado y traído PEF o Presupuesto de Egresos de la Federación 2026.

La bronca es que trae recortes de lana -si son buenos o malos, si son atinados o si no debería ir por ahí, esa ya es otra flatulencia- para muchos rubros, para muchas cosas, menos para los curuleros de San Lázaro, puesto que esos Gabinos y esas Gaviotas ya amacizaron un incremento en tocho morocho, como salario, aguinaldos, seguros de vida, viáticos, bonos, así como cobros por presidir o formar partes de las distintas comisiones (a las que solo van a hacerse patos o ver qué rasguñan). Su lanita para el siguiente 2026 está bien asegurada, desde ahorita mismo en que estamos tecleando este coraje nuestro, ellos ya tienen logrado un incremento en sus ingresos monetarios por más de tres veces la inflación actual.

En cambio, la rasurada gacha, la despelucada considerable, el sablazo atroz y el moche grosero, será en el INE, el PJF (SCJN, TEPJF), así como en órganos autónomos como INEGI, CNDH, BANXICO y FGR.

Si son justos estos cortes de marmaja, siempre habrá quien diga que sí, pero si luego los comparamos con el aumento del tesoro para 500 legisladores (no incluimos a los 128 senadores), mismos que la historia de México nos ha dicho y nos ha gritado que por los siglos de los siglos, han sido unos auténticos buenos para nada, una soberana carga para el tesoro nacional, eso ni duda cabe.

Pero y sin que nos quede nada, despojémonos de los piojos mentales que casi todos los mexicanos decentes tenemos en contra de ellos (en eso sí coincidimos todos los ciudadanos, el pueblo de tutti frutti está en el mismo canal, así sea que tengamos inclinaciones rojas, azules, amarillas, verdes, naranjas, guindas, tricolores o de la tonalidad y las siglas que usted nos diga, estimado lector). Saquemos fuera todo nuestro encono o lo “malaleche”  que siempre hemos sido hacia esas figuras de las diputeras y los diputeibols.