Ayer fue día de inauguraciones, primero con el nuevo campo de béisbol del Instituto Tecnológico de Nuevo Laredo (ITNL), que entre sus gradas techadas, pasto sintético e iluminación para juegos nocturnos, será una buena adición no solo para el plantel, sino para albergar eventos deportivos en los que participen equipos de dicha institución o externos, incluso.
Pero lo más esperado y que sin duda se contemplaba para beneficio de un mayor segmento de la población, al estar accesible en cualquier momento al público en general, fue la Plaza de la Mujer, que ayer fue entregada con todas sus renovaciones para que ese espacio pudiera retomar su vida habitual.
Incluso durante el tiempo que permaneció con su infraestructura deteriorada, esta plaza tenía un valor especial por albergar a los -que muchos consideran los- mejores elotes o al menos el espacio más icónico para degustarlos en la ciudad.
Si bien el lugar era mayormente conocido por esa razón, pues la fachada albergaba esa parte que de alguna manera representaba la mayor actividad que tenía dicho espacio, el predio tenía muchas otras posibilidades, que en esta remodelación se exploraron.
Comenzando por la reubicación de los puestos para brindarles ahora un espacio designado con diversas comodidades como tomacorrientes para conectar los aparatos necesarios para la preparación de alimentos, obviamente iluminación, un lavadero para cada puesto, etc.
Sin duda este espacio tendrá nueva vida, pues además del espectáculo que brindará constantemente con sus fuentes danzantes de colores, será también de esparcimiento para quienes quieran ir a hacer deporte, degustar un elote en compañía o simplemente convivir; también brindará una interesante vista para recibir o despedir a quienes vengan o se vayan por la carretera nacional.
