No pasó ni un día para que se sintieran los efectos del cierre de gobierno estadounidense, pues si bien no se refleja en todas las áreas, la reducción de personal en el Puente del Comercio Mundial, nos dejó de entrada horas de espera y filas kilométricas.
Si bien por parte de CBP no hay muchos detalles al respecto, sino la generalidad de que el “shutdown” podría traer reducción de personal, desde el 1 de octubre los transportistas comenzaron a notar las afectaciones, pues señalan que de 20 casetas, hay abiertas sólo la mitad.
De entrada, la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), al igual que los operadores, atribuyen los problemas de los dos primeros días de octubre a esa situación del gobierno estadounidense, que la última vez que ocurrió, fue también con Trump, luego de muchos años de no ocurrir, pues fue algo prácticamente insólito, y duró 35 largos días, entre diciembre del 2018 y enero del 2019.
Siempre la cercanía que tenemos con Estados Unidos, hace de nuestra comunidad, un segmento muy sensible a los cambios, especialmente en tiempos de Trump, que tienen como particularidad ejercer constantes medidas de impacto fronterizo, desde lo migratorio hasta el intercambio comercial, con los aranceles, aumento en costos de permisos y ahora con este proceso interno, con la reducción de personal.
Es difícil predecir si en esta ocasión será por un periodo menor, igual o mayor, pero lo que nos dejó la experiencia anterior, fue un problema que se iba agudizando, pues en los primeros días aún hay remanente presupuestal en algunas dependencias, pero conforme se va extendiendo el cierre gubernamental, los recursos comienzan a escasear y es cuando empiezan los problemas.
Para muchos trabajadores federales es una mala pasada, pues se acerca la Navidad y perder días de trabajo sin goce de sueldo, se traduce obviamente en menos recursos para esa temporada llena de gastos, además de que en esta ocasión la economía es algo mucho más complicado para los hogares.