Ya se siente el ambiente en torno de una fiesta que ha cobrado aceptación entre muchas personas de Nuevo Laredo: la noche de brujas.¿Realmente es una fiesta inofensiva?
Acabo de leer un reportaje del sito de Aciprensa que cuestiona esta fiesta de la siguiente manera:
“Ante todos estos elementos que componen hoy el Halloween, vale la pena reflexionar y hacerse las siguientes preguntas:
“¿Es que, con tal que se diviertan, podemos aceptar que los niños al visitar las casas de los vecinos, exijan dulces a cambio de no hacerles un daño (estropear muros, romper huevos en las puertas, etc.)?
“¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en el niño que para ‘divertirse’ ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, sobre todo cuando la televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la sana moral?
“¿Cómo podemos justificar como padres de una familia cristiana que nuestros hijos, el día de Halloween hagan daño a las propiedades ajenas? ¿No seríamos totalmente incongruentes con la educación que hemos venido proponiendo en la cual se debe respetar a los demás y que las travesuras o maldades no son buenas? ¿No sería esto aceptar que, por lo menos, una vez al año se puede hacer el mal al prójimo?
“Con los disfraces y la identificación que existe con los personajes del cine ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías, un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan? ¿Qué experiencia religiosa o moral queda después de la fiesta del halloween?
“¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristianas se vean debilitadas?
“Si aceptamos todas estas ideas y las tomamos a la ligera en ‘aras de la diversión de los niños’ ¿Qué diremos a los jóvenes (a quienes durante su infancia les permitimos jugar al Halloween) cuando acudan a los brujos, hechiceros, médiums, y los que leen las cartas y todas esas actividades contrarias a lo que nos enseña la Biblia?
“Es que nosotros, como cristianos, mensajeros de la paz, el amor, la justicia, portadores de la luz para el mundo ¿podemos identificarnos con una actividad en donde todos sus elementos hablan de temor, injusticia, miedo y oscuridad?
“Si somos sinceros con nosotros mismos y buscamos ser fieles a los valores de la Iglesia Católica, llegaremos a la conclusión de que el Halloween no tiene nada que ver con nuestro recuerdo cristiano de los Fieles Difuntos, y que todas sus connotaciones son nocivas y contrarias a los principios elementales de nuestra fe.”
Hasta aquí las preguntas. No puede negarse la atracción que muchos de nosotros sentimos hacia personas con conductas antisociales. A veces, el éxito de una película o una serie consiste en construir un buen antagonista. En no pocas ocasiones, es precisamente el antagonista quien capta la atención y, en no pocas veces, la admiración, sobre todo cuando los escritores buscan suavizar o justificar la maldad del antagonista.
Puede decirse que es una exageración lo que se pregunta desde este artículo. Pero, es importante plantearnos ¿Cuáles son los valores que queremos heredar? En ello, como siempre, usted tiene la ultima palabra.
Padreleonardo.hotmail.com
