Seguramente usted ha escuchado sobre inteligencia artificial, esa tecnología que muchos expertos señalan que será disruptiva para la sociedad, y que generará avances nunca vistos, a una velocidad mayor que la llegada del Internet a nuestra vida cotidiana.
En las escuelas particulares, ya se dan clases que incluyen robots, en muchas aulas ya se toman clases con tabletas, iPads, y se hacen clases o tareas que son entregadas digitalmente.
Lo mismo ocurre en escuelas del vecino país, donde también es intenso el uso de herramientas tecnológicas para la enseñanza.
Si bien es cierto que los principios básicos de la educación se pueden dar a través de métodos tradicionales, como las ciencias sociales, o matemáticas, también es verdad que las nuevas herramientas son indispensables en la educación moderna de la mayoría de los países desarrollados.
En las escuelas públicas de México hay una enorme diferencia, pues hay algunas que van un poco más avanzadas, pero una gran mayoría carece de tecnología, y de entrenamiento, incluidos los propios maestros.
“La brecha digital contribuye a la exclusión social al limitar la capacidad de los estudiantes para interactuar con sus compañeros, acceder a información relevante y participar en la vida digital. Esto no sólo afecta su desarrollo académico, sino también su bienestar emocional y su integración en la sociedad”, señala el artículo de la Universidad de Loyola.
Entre las recomendaciones destacan que “Los gobiernos y las instituciones educativas deben desarrollar políticas inclusivas que garanticen que todos los estudiantes, independientemente de su situación socioeconómica o ubicación geográfica, tengan acceso a las mismas oportunidades educativas. Esto puede incluir la implementación de subvenciones y programas de ayuda financiera para estudiantes de bajos ingresos, así como la adopción de tecnologías educativas que sean accesibles para todos, incluyendo a aquellos con discapacidades”.
Una educación más equitativa e igualitaria debe dar las mismas oportunidades a todos, sin importar su nivel socio-económico.
El reto es grande en nuestro sistema actual, pero hay que actuar ya.
¿Usted qué opina?