En Nuevo Laredo existen decenas de colonias que nunca debieron existir por el riesgo de inundación, sin embargo ahí están y obviamente el riesgo sigue ahí, generando situaciones como las de este fin de semana que cobraron una vida.
Para la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), gran parte del poniente tiene áreas de riesgo de inundación, que desde hace décadas advertían como sectores no viables para contruir, sin embargo los gobiernos autorizaban fraccionamientos en lugares cercanos a los arroyos y zonas bajas, además de que muchas familias realizaron asentamientos irregulares, que con el tiempo obligaron a los gobiernos a pavimentar y colocarles los servicios de agua, luz, etc., y obviamente legalizar.
Los asentamientos irregulares representan hoy en día grandes sectores populares que ya están urbanizados, sin embargo para la naturaleza, siguen siendo áreas de desfogue de agua durante las intensas lluvias.
Esto lo vimos con claridad en el video en el que un hombre es arrastrado con su auto por la corriente por varias cuadras hasta llegar a un canal a cielo abierto, que es parte de un antiguo brazo o ramal de arroyo, en el que quedó completamente bajo el agua, hasta perder la vida por ahogamiento.
En este punto recordar que esos asentamientos no debieron permitirse es solo redundar, pues el problema ya está y simplemente debemos aprender de él, y tomar en cuenta que en circunstancias de este tipo, la naturaleza no es para tomarse a la ligera.