El comercio electrónico ha emergido como una fuerza transformadora en la economía global. El reciente informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en el que participaron 91 de sus miembros que representan más del 90 por ciento del comercio mundial, subraya la creciente importancia y los retos que enfrenta este sector en expansión.
La revolución digital ha reconfigurado la manera en que los bienes y servicios se compran y venden a nivel internacional. La OMC destaca que el comercio electrónico no solo ha facilitado el acceso a mercados globales, sino también reducido significativamente los costos de transacción. Empresas de todos los tamaños, especialmente las pequeñas y medianas empresas (PYMES), ahora pueden competir en un mercado global gracias a las plataformas de comercio electrónico.
Sin embargo, este crecimiento explosivo también trae consigo desafíos significativos. Uno de los más críticos es la necesidad de una infraestructura adecuada que soporte el comercio electrónico, incluyendo redes de internet rápidas y fiables, y sistemas de pago seguros y accesibles. Además, las barreras regulatorias y las disparidades en la legislación entre países pueden dificultar las operaciones transfronterizas. Y lo que he señalado con anterioridad en este espacio: las aduanas no están diseñadas para recibir volúmenes importantes de paquetes derivados de las compras individuales que hacemos a través del comercio electrónico. Las aduanas fueron pensadas para los grandes volúmenes, las cargas contenerizadas de grandes importadores y exportadores. Lo que significa un reto para todas las autoridades aduaneras en el mundo.
El informe de la OMC destaca varios desafíos regulatorios que deben abordarse para fomentar un entorno de comercio electrónico más robusto y equitativo. La armonización de las regulaciones aduaneras es esencial para facilitar el flujo de bienes. Las diferencias en los procedimientos aduaneros y las tasas impositivas pueden crear obstáculos significativos para las empresas que operan internacionalmente.
Además, la protección de datos y la privacidad se han convertido en preocupaciones primordiales. Con el aumento de las transacciones en línea, garantizar la seguridad de los datos personales y comerciales es crucial. La implementación de estándares globales para la protección de datos puede ayudar a mitigar estos riesgos y generar confianza entre consumidores y empresas.
A pesar de los desafíos, el comercio electrónico presenta enormes oportunidades para el crecimiento económico y la inclusión. Las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el blockchain y el internet de las cosas tienen el potencial de revolucionar aún más el comercio electrónico. Estas tecnologías pueden mejorar la eficiencia de las cadenas de suministro, aumentar la transparencia y reducir los costos.
La OMC también subraya la importancia de la cooperación internacional para maximizar los beneficios del comercio electrónico. Los acuerdos comerciales multilaterales pueden desempeñar un papel crucial en la creación de un marco regulatorio armonizado que favorezca el comercio electrónico. La colaboración entre gobiernos, sector privado y organizaciones internacionales es esencial para abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece este sector dinámico.
El comercio electrónico es un motor clave para el comercio global en el siglo XXI. A medida que este sector continúa creciendo, es fundamental abordar los desafíos regulatorios y aduaneros para asegurar que todos los actores puedan beneficiarse equitativamente. La cooperación internacional y la adopción de tecnologías emergentes serán esenciales para crear un entorno de comercio electrónico inclusivo y próspero.
Por ello el informe de la OMC es un llamado a la acción para que los gobiernos y las empresas trabajen juntos en la construcción de un futuro digital que fomente el comercio y el desarrollo económico a nivel global.
Los antecedentes de esto vienen de la 11ª Conferencia Ministerial celebrada en diciembre de 2017, donde un grupo de 71 miembros de la OMC acordó iniciar una labor exploratoria con vistas a futuras negociaciones en la OMC sobre los aspectos del comercio electrónico relacionados con el comercio. En enero de 2019, 76 miembros de la OMC confirmaron en una declaración conjunta su intención de iniciar esas negociaciones. Acordaron “tratar de lograr un resultado de alto nivel que se base en los acuerdos y marcos de la OMC existentes, con la participación del mayor número posible de miembros”.
Al 25 de junio de 2024, 91 miembros de la OMC participan en estos debates, lo que representa más del 90% del comercio mundial. Como ocurre con todas las iniciativas de declaraciones conjuntas, la participación en la Iniciativa conjunta sobre comercio electrónico está abierta a todos los miembros de la OMC.
El 26 de julio, Australia, Japón y Singapur, confirmaron en una declaración conjunta en nombre de los participantes que, después de cinco años de negociaciones, habían logrado un texto equilibrado que siente las bases del futuro del comercio electrónico en el mundo.
JOSÉ IGNACIO ZARAGOZA AMBROSI
EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR
@ignaquiz