Ahora que las tiendas de conveniencia que hay en cada esquina estuvieron ausentes, muchos neolaredenses vivimos un “regreso” algo nostálgico al pasado, volviendo a los estanquillos, depósitos, minisúpers y tienditas de barrio para comprar lo mismo, pero ahora ayudando de manera más directa a la economía local.
Para muchos, esa nostalgia involucró recordar y preguntar si estaba aún abierta su tienda más cercana, para regresar a adquirir su coquita de tres litros, cervezas, hielos, un “paketaxo” y cigarros, y de paso jugar un rato en las maquinitas, como en los viejos tiempos cuando las mamás mandaban a los huercos a la tienda por las tortillas que siempre llegaban frías a la casa.
Es evidente que esa clientela tenía que ir a algún lado, y lo que pasó es que regresaron a lo anterior, que de alguna manera ha sido la vieja confiable que no se queda sin sistema y que deja el dinero aquí mismo en la ciudad, para las familias neolaredenses.
No quiere decir que esté bien quedarnos sin la opción de las tiendas de conveniencia de cadena, en este caso Oxxo, pero no está de más que los ciudadanos encontremos un balance y le demos oportunidad también a quienes siempre estuvieron ahí, y sobre todo, a nuestra propia gente, al final, el sol puede salir para todos.