OPINIÓN

Cambios en patrón migratorio

El resultado de la elección presidencial de noviembre en Estados Unidos, marcará el futuro de los derroteros de la migración en Norteamérica

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Por primera vez desde que inició la migración masiva de mexicanos a mediados de la década de los setenta, la mayor parte de los nacidos en México que viven en Estados Unidos no son indocumentados. Esta es una de las características del actual patrón migratorio hacia el vecino del norte, que se caracteriza por migración de unidades familiares de países americanos y de otras regiones geográficas; migrantes menores no acompañados; y una migración por razones de asilo en la cual los venezolanos y haitianos han sido los principales protagonistas.

Para entender la actualidad del fenómeno migratorio en Norteamérica, es necesario distinguir entre la migración tradicional que era motivada por la necesidad de trabajo y la migración de las personas que huyen aterrorizadas de sus países de origen buscando asilo en Estados Unidos para salvar sus vidas y la de sus familias.

Además, la migración no debe ser vista como un problema porque los problemas se resuelven cuando se ubican sus causas y se les atiende adecuadamente; la migración en cambio es un fenómeno social que ha acompañado a la humanidad a lo largo de su historia. Inclusive, en cada ciclo migratorio las soluciones de un momento determinado, pudieran no ser adecuadas para otro diferente. En los ciclos migratorios, por razones diferentes, se producen oleadas de migrantes que suben y bajan como rueda de la fortuna.

En la actual crisis migratoria en la frontera sur de EU, los principales protagonistas son migrantes de Centroamérica, Sudamérica, del Caribe y de países de otros continentes, quienes tratan de llegar a ese país no en busca de trabajo sino en busca de asilo. La posibilidad de ingresar a EU por medio de la figura de asilo es la principal característica de la actual crisis migratoria en Norteamérica.

En esta crisis migratoria México es un país afectado por el cruce de personas y familias indocumentadas por su territorio, debido a que no cuenta con instalaciones, ni infraestructura adecuada para atender a los migrantes. México, con una economía 15 veces más pequeña que la de Estados Unidos y con unos 40 millones de habitantes en situación de pobreza, ha pasado de ser país de origen de migrantes, a país de tránsito e incluso de destino de personas migrantes.

A pesar de que ha crecido el número de migrantes que se quedan en México, el porcentaje respecto a los que cruzan por el país, no es todavía significativo. El propio presidente Andrés Manuel López Obrador les ha ofrecido trabajo en México, pero son pocos los migrantes que deciden permanecer en territorio mexicano. Su principal objetivo es llegar a la frontera y entregarse a la Patrulla Fronteriza para pedir asilo.

Irónicamente, muchos de las personas migrantes que han logrado ingresar con una cita en la aplicación móvil CBP One, cuando vean a un juez migratorio probablemente no consigan documentar sus casos y terminen siendo deportados a sus países de origen por falta de méritos para el asilo.

En la administración del fenómeno migratorio en las Américas, la medida más importante que debe tomarse es atacar las causas que estimulan la migración. Las estrategias policiacas y la construcción de muros, podrán contener temporalmente el ingreso de migrantes, pero lejos de resolver la crisis migratoria podrían agravarla.

Entre las causas estructurales de la actual migración en busca de asilo en EU, están la pobreza, la marginación y la violencia que se vive en los países de origen de los migrantes en el continente. 

México, a pesar de la austeridad y sus propias necesidades de recursos, está cooperando con Centroamérica, con el acompañamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través de los programas sociales Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, en El Salvador, Honduras, Guatemala, Belice y Cuba. Por su parte, Estados Unidos ha estado realizando inversiones a través de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID).

En una reciente entrevista con la agencia EFE, Michael Camilleri, administrador adjunto de la Oficina para América Latina de USAID, destacó que desde julio de 2021 pusieron en marcha un plan de ayuda a Centroamérica con inversiones de alrededor de 3 mil millones de dólares destinados a combatir las causas de la migración. Este programa de USAID ha creado 70 mil nuevos empleos en Centroamérica y ha beneficiado a unos 200 mil estudiantes, contribuyendo a disminuir la migración hacia Estados Unidos. 

El cambio en los patrones migratorios ciertamente ha estimulado la inmigración desordenada y vistosa hacia Estados Unidos. Es quizá ese desorden y la violencia que han mostrado algunos grupos de migrantes contra oficiales de la Patrulla Fronteriza y de la Oficina de Protección y Aduanas, lo que ha estimulado la reacción de sectores antiinmigrantes, para quienes las políticas policiacas son la mejor opción para detener la migración, olvidando las causas estructurales que la motivan.

El resultado de la elección presidencial de noviembre en Estados Unidos, marcará el futuro de los derroteros de la migración en Norteamérica. Si el ganador de la elección privilegia las medidas policiacas para administrar la migración, muy probablemente vamos ver deportaciones masivas y el agravamiento de los problemas sociales en América Latina. En ese escenario, China bien podría ampliar su presencia en las economías latinoamericanas lo cual a mediano y largo plazo va a afectar la seguridad y los intereses de Estados Unidos en el Continente Americano.

*Cónsul General de México en Laredo, Texas.