APUNTES DESDE MI HOGAR

Objetos (13)

Escrito en OPINIÓN el

EL RADIO Y LA RADIO (7).- Los programas en vivo de la XEW constituyeron una novedad por la constelación de estrellas que presentaban: Toña la Negra, Pedro Vargas, Jorge Negrete, Agustín Lara, las Hermanas Landín, Antonio Badú, Amparo Montes, Ana María González, Esmeralda, Las Hermanas Águila, Fernando Fernández y otros famosos.

Acaso el programa más exitoso fuese La Hora del Aficionado, en el que intervenían cientos de hombres y mujeres deseosos de participar en ese foro que brindaba la oportunidad de llegar a alcanzar el éxito. Pasaban al micrófono y a la primera desafinación se les tocaba la campana, como señal de que habían quedado fuera de la terna.

En provincia, en cada teatro-estudio radiofónico, también se efectuaba esa diligencia, que resultaba emocionante tanto para el concursante como para el público. Algunas casas comerciales contribuían con premios de estímulo.

Uno de los primeros radio-teatros, muy exitoso, fue “Apague la luz…y escuche”, en el que sobresalía la perfecta dicción “del primer actor de habla hispana Arturo de Córdova”. Al anunciarse, quien estuviera más cerca del contacto, apagaba la luz y corría junto al radio a sentarse entre abuelos, padres, nanas, hermanos y hasta vecinos. El preámbulo subyugaba con sus efectos melodramáticos creando una atmósfera de sobresalto. Luego, la presentación con énfasis engolado, una pausa… y entonces afloraba aquella voz con profundos matices, inconfundible.

Por cierto, habría que destacar las voces de los locutores de ese tiempo, que luego fueron suplidos por actores para las radionovelas. Poseían la facultad de influir en la imaginación de los oyentes, porque transmitían al oído todo lo que no se podía ver: sentimientos, cualidades, movimientos, gestos, risas, pero sobre todo los silencios que puntualizaban escenas inenarrables. Por su parte, los escritores y guionistas se veían precisados a pensar en función de los radioescuchas, redactando de forma clara y concisa frases atractivas, contundentes.

Un programa con muchísima audiencia fue La Hora Azul de la ‘W’, con Pedro de Lille, “El caballero del micrófono”. En ese tiempo, los sobrenombres eran casi indispensables. De Lille bautizó a varios de los artistas en boga. A Agustín Lara, “El músico-poeta”; a Pedro Vargas, “El samurái de la canción”; a “Marilú: La muñequita que canta”; a Jorge Negrete, “El charro cantor”; a Emilio Tuero, “El barítono de Argel”, que por cierto no era barítono, ni mucho menos de Argel.

(Añadiremos que Pedro de Lille es autor de la letra del corrido “Qué bonito es Chihuahua”, cuya música es del maestro Felipe Bermejo. El famoso corrido fue estrenado y grabado por “La reina de la canción mexicana”, Lucha Reyes).

Aparentemente, una ola de personajes yucatecos, principalmente meridanos, invadió la ‘W’. Los pianistas acompañantes en los programas musicales fueron Alvarito Ruiz del Hoyo, y Teté Cuevas (Ticul).

Los locutores que desde el principio consiguieron destacar fueron Humberto González Tamayo, el vate Ricardo López Méndez (Izamal), Ramiro Gamboa “Tío Gamboín”, Rubén Marín y Kall, Rubén Zepeda Novelo (Valladolid), Jorge Alberto Riancho y desde luego, Arturo García Rodríguez, después conocido como Arturo de Córdova en su paso por la cinematografía en Francia, España, Estados Unidos, Argentina y México.

Humberto González Tamayo tuvo un programa llamado Un Hombre Solo. Trataba de un soliloquio a partir de un sustantivo. Se le mencionaba una palabra cualquiera y con ella construía una frase. La palabra final de esa frase daba pie a la primera palabra de la siguiente frase, y así, ad infinitum.

La idea surgió de los anuncios comerciales que improvisaba y que muchos de ellos o una sola oración, permanecían como lema. Por ejemplo: “Caballero, usted vale sin sombrero. Con sombrero vale más. Más vale que use sombrero. Use sombreros Tardan, que se usan de Sonora a Yucatán”. La sombrerería permanece desde hace 177 años en su mismo local frente a la Plaza de la Constitución en la ciudad de México y continúa utilizando el lema: “De Sonora a Yucatán, se usan sombreros Tardan”.

Fuentes: tribunaparral.com.mx, arteyliteratura.bloguia.com, cinetecanacional.com.mx.