El sábado 6 de abril se cumplieron 14 años de la partida de quien fuera el gran líder del pueblo, el único que fue capaz de vencer al poderoso monstruo que era el PRI, en una contienda si bien reñida, fue ganada con amplio margen, primero como candidato a Diputado Federal y posteriormente como presidente municipal, elecciones que ganó amplia y limpiamente, marcando un antes y un después en la política del pueblo. Después de su triunfo, ya nada sería igual. Se había demostrado que el partido oficial con todo el apoyo del gobierno estatal e incluso el municipal, no eran invencibles.
Carlos Enrique Cantú Rosas dejó grabado su nombre en los anales de la historia y su fama trascendió por toda la República, cuando se dedicó a reconstruir y restaurar al Partido Auténtico de la Revolución mexicana, el PARM y paulatinamente fue pintando de verde, no solo el estado, sino otros lugares como Acapulco en donde gano la presidencia Municipal y muchos otros lugares del país, Aquí en Tamaulipas se levantó poderosa la ola verde. Carlos recorría el estado y el país en forma incansable, su figura alcanzó dimensión nacional y forzosamente voltearon a verlo desde las más altas esferas políticas del país, Definitivamente había nacido un político, diferente, sui generis.
Carlos inventó nuevas formas de hace campana, instauró las caminatas casa por casa, cuando el partido oficial solo hacia mítines con sindicatos y organizaciones.
Tocaba puerta por puerta, abrazaba y besaba ancianas y cargaba niños, apretaba la mano y brindaba un fuerte abrazo a los señores, los jóvenes lo seguíamos hipnotizados por su profundo magnetismo, ansiosos de escuchar sus incendiarios discursos expresados con vehemencia y pasión. Fue el primero en subirse a los camiones urbanos y decía que en cada uno hacía un mitin con los pasajeros que lo escuchaban absortos y sorprendidos, con pocas palabras, pero con un verbo que exaltaba al más apático.
Chale escribió las páginas de la historia política de Nuevo Laredo, más apasionadas y de mayor envergadura, nadie antes de él, nadie después de él. Su gestión como presidente municipal marcó un hito en la historia de las administraciones, realizó muchas obras con el exiguo presupuesto municipal y las escasas participaciones estatales que llegaban a cuentagotas.
“Justicia para gobernar, Honestidad para administrar” era el lema de su Administración y con este principio logró realizar una gran obra. Cuando no se roba el presupuesto, alcanza para hacer obras, aseguraba y lo llevó a cabo.
Construyó las escuelas Alfredo V. Bonfil, en La Joya; la Juan Álvarez en el Fovissste; la José Reyes Heroles en la colonia Campestre; también el jardín de niños Carlota Rosado del Bosque, la preparatoria nocturna Lázaro Cárdenas, en La Concordia; la escuela Eugenio V. Villarreal, en la colonia Los Garza; la escuela Emiliano Zapata, el jardín de Niños Héroes frente a la escuela Eva Sámano, otro en Los Cartoneros, que derrumbaron para hacer el Puente 2. Además de múltiples aulas en las escuelas que las requerían. Su obra educativa no tubo precedente y tendrían que pasar muchos años para que se igualara, aunque nunca superada.
Construyó también, las únicas tres bibliotecas que prevalecen hasta nuestros días, la José Vasconcelos, en la Plaza México; la Fidel Cuéllar, en el Parque Narciso Mendoza; y la Emiliano Zapata, en la calle Eva Sámano y Carretera al Carrizo. En ese mismo sector construyó la Unidad deportiva del poniente, la cual fue destruida para edificar el CBTIS 234 y la Secundaria Técnica, pero aún quedan vestigios de lo que fue la unidad deportiva en los patios de dichas escuelas. En la colonia Hidalgo, construiría la Central de Bomberos ingeniero Isaac Echavarría y otra obra emblemática: el Centro Cívico del pueblo, hoy llamado con justicia Carlos Enrique Cantú Rosas.
En la máxima tribuna de la nación, aun resuena su voz en ardientes discursos, nunca fue un diputado al que callaban, su voz siempre se elevó con la fuerza que da la razón, en cuatro ocasiones llegó como diputado a esa tribuna, despertando resquemor entre la dirigencia de la clase política, la que empezó a fraguar un plan para eliminarlo del mapa político, había crecido demasiado y su estilo de política sembraba un mal precedente, era un mal ejemplo, era un político honesto y la gente lo seguía, Carlos Salinas lograría su objetivo, valiéndose de la traición, terminó con el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, PARM, pero nunca con su dirigente el querido Chale, que a 14 años de su partida su figura se agiganta y cobra nueva vida con la participación de sus hijos Carlos Enrique y Carmen Lilia Canturosas, que siguen sus pasos respetando su principio de “Justicia para gobernar y Honestidad para administrar”
Gracias amable lector por acompañarme en este recorrido por la vida y obra de un gran neolaredense.