MÉXICO, S.A.

Carlos Slim, indigesto

Escrito en OPINIÓN el

¿Qué indigestión impulsó a Carlos Slim a ofrecer, sin venir al caso, una conferencia de cuatro horas de duración en la que, entre otras tantas cosas, reprochó, se quejó, negó, curó en salud y lamentó una que otra cosa? Quién sabe, pero el hombre más rico de México se aventó las puntadas de calificar de “tontería” gravar las grandes fortunas, de “estupideces” que las privatizaciones neoliberales hayan transferido la riqueza nacional a un grupúsculo de barones –como él– y asegurar, sin que una ceja se le moviera, que “no se debe distribuir la riqueza, sino el ingreso, que es lo que el pueblo quiere”. ¡Olé!

Tal vez esa indigestión fue resultado del más reciente informe de Oxfam (El monopolio de la desigualdad), en el que, entre otros elementos subraya que “la extrema desigualdad que México arrastra es producto de transferencias masivas de riqueza del Estado a un pequeño grupo de magnates durante las pasadas cuatro décadas. Once de las 14 personas ultrarricas mexicanas se han beneficiado de privatizaciones, concesiones, licencias y permisos otorgados por el gobierno, lo que ha derivado en un poder político que no sólo les permite conservar sus fortunas, sino hacer más pobre al resto de la población con los controles de precios que pueden ejercer a través de sus monopolios… Los 14 ultrarricos mexicanos concentran 8 por ciento de la riqueza en un país donde 9 millones viven al día”.

No es la primera vez que Oxfam hace referencia a ese tema y en cada uno de sus análisis relacionados con la concentración de la riqueza y el ingreso inevitablemente el primer lugar lo ocupa Carlos Slim (por cierto, días atrás otro barón, Ricardo Salinas Pliego, reclamó: “algunos quieren robarnos la riqueza y la esperanza; nadie tuvo que perder lo suyo para que otros tengan más; ese es un falso dilema”, según dijo).

Pero en esta ocasión el dueño de medio México no aguantó, la espuma le llegó a la boca y mostró su indigestión: “no veo en qué me ha beneficiado” el gobierno de López Obrador. “Negó que sus empresas se hayan beneficiado de obra pública en este gobierno más que en otro (ojo: más que en otro). Expresó que, al margen del sector petrolero, en las grandes obras sólo se le ha dado el tramo dos (de siete) del Tren Maya. Otro par de carreteras que terminó en este sexenio se le concesionaron antes (…). En el sector energético comentó que más de la mitad de las perforadoras que sus compañías tienen para rentar a Petróleos Mexicanos no se han usado. Y nuestro amigo gobierno lleva siete años sin autorizarles un proyecto de geotermia” (La Jornada, Dora Villanueva).

Pobre hombre, pero algo hizo Slim, porque, según los números de Forbes, en el régimen neoliberal (36 años) su fortuna pasó de mil 600 millones de dólares en 1991 (ya con Teléfonos de México en el bolsillo) a 67 mil 200 millones en 2018. Una barbaridad, sin duda, pero entre 2019 y 2023 sus modestos haberes se incrementaron hasta 93 mil millones; es decir, 25 mil 800 millones más en apenas cinco años, con todo y que “no veo en qué me ha beneficiado”.

También reclamó por la “participación de la Secretaría de Defensa en obra pública y consideró que se ha llegado a un exceso. Las fuerzas armadas son excelentes, pero es demasiado” (ídem). Aquí, probablemente hizo cuentas de los contratos perdidos para su empresa Ideal, así como del enorme filón de ganancias que no terminó en sus bolsillos. Y el lamento fue por Teléfonos de México (Telmex) consorcio privatizado a su favor (monopolio garantizado) por Carlos Salinas de Gortari. Según dijo, esta empresa –base de su descomunal fortuna– “ya no es negocio; desde hace más de una década está en números rojos”.

Quién sabe si sea cierto, pero de cualquier manera ello sería resultado de su propia ambición, pues se engolosinó con el muy lucrativo negocio de la telefonía celular, cuyo número de suscriptores creció (1994-2022) en casi 24 mil por ciento (de 572 mil a casi 136 millones), mientras en telefonía fija lo hizo, en igual periodo, en 213 por ciento (de 8.5 a 26.6 millones. Esta información corresponde al quinto Informe de Gobierno de AMLO). Esto último, sin dejar de lado que muchísimas localidades rurales carecen de este último servicio, por no ser “rentables” de acuerdo con el criterio y los intereses del magnate.

LAS REBANADAS DEL PASTEL

En fin, una cucharada copeteada de bicarbonato bien podría aligerar la indigestión que padece el magnate, porque parece que 93 mil millones de dólares de fortuna no le resultan suficientes y quiere mucho más.

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