Hace 20 años, Nuevo Laredo vivió una de esas noches que se quedan para siempre en la memoria: la ciudad despertó cubierta con una suave y mágica capa de nieve, como pocas veces se ha visto.
Fue un regalo inesperado de la naturaleza que, como todo lo verdaderamente valioso, no tiene precio. Bastó con salir a las calles a sentir el frío en la cara y ver cómo nuestro aliento se dibujaba en el aire helado para llenarnos de alegría y asombro. Todos -adultos, niños, familias enterasexperimentamos una misma sensación de fascinación y unidad, independientemente de nuestras creencias o costumbres.
Esa Navidad de 2004, las colonias de Nuevo Laredo se volvieron testigos de un momento casi poético, y el recuerdo fue tan significativo que, incluso, hoy en día existe una colonia llamada “Blanca Navidad” en honor a ese hermoso suceso.
La Navidad nos invita a reflexionar sobre lo que tenemos y sobre aquello que, sin darnos cuenta, ya hemos ganado: la vida misma, la posibilidad de compartir, y la oportunidad de agradecer por quienes nos aman y a quienes amamos.
Poco se puede pedir cuando contamos con la fortuna de tener amigos y familiares que, con su cariño y presencia, iluminan cualquier día gris. Los retos, queridos amigos, son parte del camino y los obstáculos, lecciones invaluables. Sin embargo, al igual que aquel día nevado tuvo su amanecer, la vida también nos regala nuevos comienzos.
Cada Navidad nos recuerda que, tras la más oscura de las noches, siempre existe la promesa de una mañana llena de descubrimientos, de esperanza y de posibilidades.
Recordemos con cariño a nuestros seres queridos: a padres y madres, a hijos e hijas, a hermanos y hermanas, y a toda la familia que nos ha acompañado durante cada etapa.
En estos días, pensemos en quienes atraviesan por momentos difíciles, deseándoles paciencia, fortaleza y, sobre todo, paz. Porque construir un mundo mejor es responsabilidad de todos, y cada uno de nosotros podemos sumar –aunque sea un granito de arena– para lograrlo. Con esta Navidad, el periódico El Mañana celebra también 100 años de acompañar a las familias de Los Laredos, de ser parte de su esfuerzo y de su historia. Por todo lo que significa, gracias.
La gran familia de El Mañana les desea una maravillosa Navidad y los mejores deseos para el nuevo amanecer que nos espera. Sigamos adelante con fe, optimismo y la certeza de que siempre tendremos la capacidad de volver a asombrarnos, como cuando la nieve cubrió nuestro suelo. ¡Felicidades y un abrazo fraterno para cada uno de ustedes!