Y así nada más, llegó diciembre y entramos de lleno al ambiente navideño, aunque muchos negocios y hogares ya se habían llenado de luces y adornos de la temporada desde inicios de noviembre.
Es la temporada en que el ambiente se carga de nostalgia y eso es sin duda de gozo para muchos y un poco triste para algunos que pudieron haber experimentado la pérdida de un ser querido, por eso es importante que tomemos conciencia de nuestros semejantes y sobre todo ser solidarios y empáticos.
Lamentablemente esas emociones suelen llevar a muchos a festejar de manera desmedida y es cuando suele generarse un incremento en accidentes de todo tipo, pues el exceso en el consumo de alcohol, obviamente suele derivar en percances viales o incluso conflictos con otras personas, pero los llamados “atracones” se tornan igual de peligrosos, y esto no es sólo una opinión, sino una tendencia que los reporteros que escribimos estas líneas, observamos año con año.
Como una historia que se repite una y otra vez, es común ver que personas con alguna condición, por ejemplo diabetes, se da un “permiso” para estas fechas, ya sea por gusto propio o por “no despreciar” la comida que le ofrecen, pero en algún momento se alcanza el punto en que es demasiado y es cuando sobrevienen las complicaciones a la salud que lamentablemente no todos viven para contar.
De igual manera, el espíritu navideño nos lleva a decorar con muchas luces nuestros hogares, sin embargo en ocasiones se nos hace fácil elegir las más económicas, y no se trata de elegir las más costosas, pero sí que cumplan con las certificaciones necesarias, además de no saturar las conexiones de electricidad, pues estos factores, en ocasiones combinados, causan con frecuencia, durante estos días una serie de cortos circuitos que terminan en conatos o incluso en drásticos incendios.
En general, nuestro mensaje para estas fechas de posadas, es la de festejar responsablemente, pues la idea es llegar al siguiente año.