Ayer autoridades locales y empresarios aduaneros y transportistas se reunieron para dialogar, entre otras cosas, de como la carretera libre Monterrey-Laredo ha sido rebasada en su capacidad y de la cláusula que compromete a la concesionaria, a ampliar esta vía cuando sea insuficiente, y a opinión de los expertos, ese punto ya se alcanzó.
Sin duda deben de existir una serie de especificaciones y algún estudio oficial que determine con números más exactos si en realidad es insuficiente en relación a los acuerdos previamente establecidos y firmados en los acuerdos entre las autoridades y la concesionaria, además de que es de esperarse que esta última busque cada resquicio legal para evadir esa responsabilidad o al menos retrasar esa costosa inversión lo más posible.
De alguna manera este fue el primer paso del que podría ser una dura batalla, aunque es difícil precisar cuánto tiempo podría tardar esto, pues incluso si hoy la concesionaria accediera a cumplir, todo el proceso para comenzar la obra y ejecutarla podría tomar un período considerable, a pesar de que en teoría es más sencillo ampliarla.
Al hablar de este tema, obviamente tenemos que recordar cómo nació este proyecto, entre mentiras o medias verdades, pero sin duda con muchos inconvenientes para los neolaredenses, al menos en cuanto al tramo más cercano a Nuevo Laredo, que abarca esos 47 kilómetros que siempre fueron gratuitos y con dos cuerpos separados, cada uno con igual cantidad de carriles para cada sentido.
Para muchos neolaredenses ese tema va de la mano con Yahleel, quien en su momento como diputada federal del PRI (antes de que se cambiara al PAN para buscar la alcaldía y que eventualmente se volviera formalmente PRIAN) cuando dijo que los viajeros no perderían ese beneficio, que simplemente se agregaría una autopista con otros beneficios “para el que quisiera pagar”, pero al final, eso que era gratis ahora cuesta y genera retrasos que antes no existían, mientras que la libre que estaban obligados a construir, es apenas una delgada carpeta del asfalto más barato y el acotamiento es imaginario.