Cada vez que hay un cambio de horario, tanto el domingo como el lunes prevalecen las dos preguntas obvias: “¿qué horas son?” y “¿se adelanta o se atrasa?”, de ahí le siguen la desorientación y las excusas de puntualidad al querer cumplir con los compromisos.
En esta ocasión quienes andaban de fiesta viajaron en el tiempo de manera favorable, pues durante la parranda, a la 1:59:59 de la madrugada de sábado para amanecer domingo, el reloj no marcó las 2:00 AM, sino la 1:00 de la mañana, así que se les hizo más temprano.
Entre los beneficios de este horario está obviamente ganar una hora de sueño, aunque el momento acostumbrado en que cae la noche se modifica y algunos deportistas deben ajustar sus hábitos de ejercicio, claro, afectando a unos, beneficiando a otros.
El aspecto político y la controversia respecto a esta costumbre de modificar los horarios se hizo presente en la administración de AMLO, claro que para la frontera no era posible revertir esta medida por su homologación con Estados Unidos, que también ha debatido la posibilidad de ponerle fin a los cambios de horario, aunado al hecho de que ya tienen una considerable diferencia entre costa y costa.