Las guerras actuales de Medio Oriente revisten un foco de atención para la gente pensante de este planeta, Israel el Estado Sionista, invasor de Palestina, se ha declarado como un ente terrorista tolerado por Europa y protegido de Estados Unidos de América.
¿Por qué lo llamo Estado terrorista? Porque ha vulnerado el derecho internacional y la Convención de Ginebra en materia de guerras, porque déjeme decirle querido lector, que hay leyes de guerra que no se deben vulnerar, como lo ha hecho el régimen de Israel, cometiendo genocidio con los pobladores de la Franja de Gaza donde radica una parte importante del pueblo palestino.
En el derecho de guerra hay tres principios interdependientes como son: la necesidad militar, la humanidad y el honor, que dan pie a otros principios de guerra como son la distinción y la proporcionalidad y la mayoría de las normas convencionales de la guerra.
En las reglas se prohíbe el uso de armas especialmente crueles y ataques indiscriminados a la población civil, escuelas, hospitales, refugios, personal médico y de prensa y el régimen de Benjamín Netanyahu se ha ensañado castigando a indefensos ciudadanos desarmados, está saliendo peor que los nazis.
Se debe asistir a heridos, enfermos, queda prohibido el uso de minas antipersonales, bombas de racimo, armas químicas, armas nucleares y robots asesinos y se debe avisar de las acciones de represalia por ataques recibidos, tales como el jueguito que se traen entre Irán e Israel.
Israel debió acudir a la primera regla de la guerra que era impedir que el enemigo pueda luchar, destruyendo sus activos materiales, paralizando su logística y suministros, cegando su inteligencia y bloqueando las comunicaciones del grupo gazatíe, Hamás.
Hay propósitos oscuros en el actuar de los israelitas y sus aliados occidentales y es el echar fuera a los palestinos de Gaza para apropiarse del gas del subsuelo, por ello han demolido sus ciudades, quieren el terreno limpio, sin viviendas y sin pobladores.
Hay otro factor en juego con el mundo occidental o imperialista y es el sacar las armas rezagadas que datan desde la Guerra Fría entre el bloque occidental y el oriental liderado en aquellos ayeres por la URSS.
Se ve que juegan a la guerra entre Irán e Israel, ahí sí llevan las reglas de guerra a pie juntillas y sólo se atacan bases militares, deben probar su armamento, qué casualidad que se tiran proporcionalmente la misma cantidad de misiles: 100 por bando (proporcionalidad).
Previamente, los dos bloques advierten que no deben atacar instalaciones nucleares son altamente predecibles, porque dejan las instalaciones solas y sólo hay un muerto en Israel y cuatro en Irán a pesar de la cantidad gigantesca de misiles interceptores y el gasto tremendo de movilización de 100 aviones de combate por Israel (en un pleito de colonia o en una bronca popular en México serían ampliamente superados).
Por el lado de Rusia/Ucrania no tocan mal las rancheras, ponen sus líneas rojas y el títere de Zelensky, un cómico de poca monta instalado como presidente de Ucrania por occidente, ha prestado su país como campo experimental para que la OTAN pruebe su armamento a costa de más de un millón de muertos y 800 mil heridos por ambos bandos, según cifras de la BBC de Londres.
Es falso que estamos expuestos a una tercera guerra mundial o a guerra nuclear, son juegos de guerra, lo cierto es que Rusia recuperará sus territorios ocupados por el 90% de población rusa y Ucrania será dividido en regiones para cobrarse lo invertido en la guerra.
En Israel es diferente, no sucederá lo mismo, porque Israel invadió territorio palestino, agravió a los países limítrofes a lo largo de varias guerras y les ha quitado territorio y no le dejarán salirse con la suya, a menos que reconozca a Palestina como Estado miembro de la ONU o podría verse borrado del mapa y la profecía del maestro Jesús podría cumplirse: “de Israel no quedará piedra sobre piedra” se levantarán nación contra nación y habrá terremotos y cataclismos.