El comercio internacional da vida a ambas ciudades laredenses, pero sin ese elemento del agua le sería mucho más difícil y costosa su diaria tarea; es de lamentarse que a ese importante recurso natural muy poco se le procure, poco se le cuide, por lo mismo permanezca el río Bravo entre luces y sombra.
Por décadas los habitantes de Nuevo Laredo y Laredo, Texas, han dado cuenta de cómo es que el llamado Bravo o Grande poco a poco ha dejado de ser ese río caudaloso, ver de igual modo que a lo largo de su ribera, de “aquel” lado la flora y fauna ha sido casi eliminada por completo, y de este lado, el abandono y la nula atención es la imagen diaria al paso de los transeúntes.
No se puede hacer a un lado la labor de algunas organizaciones civiles que en determinados meses del año se ocupan en limpiar y tratar de reordenar ciertas áreas cercanas al río, sin embargo, es de reconocer que esa labor es titánica, y por lo que se ha visto, sus acciones han sido insuficientes por lo que requeriría de mucha más participación de autoridades y ciudadanía.
Otro aspecto no menos importante es el de ver cómo río arriba se manipula el nivel del agua, no tanto para no provocar inundaciones, sino que con claridad se entiende que esta tarea no es más que una limitación, una cuota especifica de agua.
Provocan que el rio muestre esa debilidad ante las acciones del ser humano, al apreciarse tramos totalmente secos, siguiéndole la muerte de muchas especies, justificándose esas tareas como alineadas, al ser establecidas así en los reglamentos y tratados de aguas internacionales.
En otros años, grupos estudiantiles de ambas naciones han llevado a cabo estrictos monitoreos del agua del río Bravo o Grande, reflejando sus estudios grandes grados y cantidades de contaminación desde los llamados metales “pesados” hasta coliformes fecales, pero ni esos estudios anteriores han logrado el establecer mejoras en el tratado y cuidado del agua de este río.
A esto no es por demás agregar que el agua que se trata en las plantas potabilizadoras de ambas ciudades para el consumo humano y que va desde su forma de cómo se distribuye y supervisa, por lo que se ha visto han demostrado variadas y constantes deficiencias.
En Nuevo Laredo, las interrupciones del servicio de agua para consumo humano por los colapsos del ramal de tuberías en el subsuelo, en Laredo, los ya seguidos avisos de agua contaminada que se distribuye en las tuberías para uso doméstico, da pie a suponer que las fallas no son de origen reciente, que en las primeras son el reflejo de años de nula modernización, y en las segundas negligencias en la aplicación de sus propios reglamentos.
Ante este panorama de ambas ciudades, bueno es preguntar ¿por qué pasa esto? ¿Por qué siendo Nuevo Laredo y Laredo, Texas, hermanas en el comercio internacional no se destinan los suficientes recursos en todos los aspectos para abatir, controlar todo esto?
¿Por qué se deja morir a un río que da vida a las dos fronterizas ciudades?, ¿Porque no se presiona o demanda mas flujo de agua para que siempre se tenga un nivel caudaloso? ¿Por qué el agua, su conservación, su tratamiento no entran en los aspectos de los políticos?
Los Laredos están doblemente bendecidos, por una parte, el estar colocados estratégicamente para el ingreso y salida de mercancías, estableciéndose por lo mismo como esos líderes del comercio internacional, agregado a esto, el contar con una parte de ese río tan extenso que a su paso genera vida.
La población de ambas ciudades no es ajena a esta problemática del agua tanto en su administración como en su distribución y tratamiento, al saberse que constantemente o es afectada por su interrupción, como por alertas por esa ausencia de pureza para el uso y consumo humano.
Si que preocupa que el tema del agua en todos sus aspectos, todos los días tenga que ser noticia, tema de advertencia, cuidado o escasez teniendo al propio río Bravo o Grande atravesando a ambas ciudades.
Causa sorpresa el ver que siempre que sucede algo complicado o grave en estos asuntos del agua, los reflectores se direccionen a “iluminar” de inmediato a terceras personas, hacia sucesos pasados, pero dejando en la “oscuridad” sus deficiencias en su supervisión, en su actividad propia del agua.
Hoy y a como están las cosas tanto en su administración y cuidado, sí que se vislumbra un panorama nada halagador para el río Bravo o Grande, agua que como ya se está viendo ya comienza a “ahogarse” en su propio destino.