Muchos se preguntan qué cosas suceden con el “atorón”, y es que se ha vuelto una problemática que siempre está presente -al menos desde el inicio del verano-, pero que tiene momentos mucho más críticos que ahora estresan constantemente a quienes tienen que viajar de aquí a Monterrey, pues ya no es simplemente subirse al carro o tomar el primer autobús que salga hacia allá, ya ni se diga para los transportistas de carga, quienes ahora se informan antes de salir, para evaluar la mejor ruta o si de plano es necesario -en caso de ser posible-, posponer el viaje.
Algo que nos dicen los médicos locales es que Monterrey es un punto importante para los traslados de pacientes, ya sea de seguridad social o en general medicina privada, así que tanto en pacientes que acuden a una consulta programada como a quienes van de emergencia, prolongar el tiempo de viaje y en el peor de los casos, quedar atorados por varias horas en el tráfico de la carretera, literalmente puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
A esto debemos sumarle las pérdidas millonarias por los retrasos en el transporte de mercancías, pero también el riesgo para las personas que se ven envueltas en esta creciente cantidad de accidentes, que usualmente involucran a choferes de estos camiones de carga.