La comunidad de Nuevo Laredo ha alzado la voz esta semana para exigir una solución a los “atorones” que están paralizando el flujo de bienes y personas entre la autopista Monterrey-Nuevo Laredo, que de por sí es carísima, y el servicio ha sido terrible.
Desde las alcaldías hasta los empresarios y los sectores de salud, todos coinciden en que la situación ya es insostenible y que las repercusiones no se limitan a un solo sector. El llamado de Juan Eliud Ciénega Jurado, presidente de la Canaco local, es claro: “Necesitamos unirnos para evitar estas prácticas boicoteras... Nuevo Laredo es su vecino, es su principal socio comercial”.
La situación afecta desde el comercio internacional hasta la salud de los ciudadanos. La Asociación de Agentes Aduanales de Nuevo Laredo ha expuesto los problemas que estos retrasos están causando al comercio internacional, mientras que la Cámara de Comercio ha señalado que los comerciantes locales también están pagando las consecuencias.
No se trata sólo de una cuestión económica, sino también humana: los productos perecederos quedan varados, afectando a pequeños comerciantes y a grandes cadenas, y el costo de estas demoras recae en toda la comunidad. Como publicó El Mañana, lo más alarmante es el impacto en el área de la salud. Pacientes que necesitan atención urgente, como los que están en tratamiento de cáncer o