Nadie, absolutamente ningún sobreviviente ha olvidado lo que sufrió tras el paso de esa pandemia a nivel mundial, por lo que padeció en su propio cuerpo, por ver la muerte día a día reflejada entre sus semejantes. El mal estaba al acecho, logrando ser ese covid-19 la razón de un miedo atroz.
El hacer un recuento de todo lo ocurrido y vivido por la humanidad es en verdad una tarea pesada, sin embargo, difícil era de creer que los gobiernos del mundo, de cada país, no supieran, no contaran con ese algo y de inmediato para brindar esa cura, ponerle fin y rápido a tan atemorizante mal.
Hoy quizás las cosas se vean de diferente manera, más fríamente, pero más analíticamente, al no comprender cómo es que las grandes potencias mundiales se vieron “derrotadas”, por decir así, y en tan poco tiempo, por este mal.
Sorprende más que los dineros del mundo y a través de las décadas se hayan gastado en viajes al exterior del planeta para conocer no se sabe qué, por igual en armamentos tan sofisticados y poderosos para eliminar al enemigo, a la vida terrestre en cuestión de horas. Incomprensible es conocer que la tecnología se aplica y fuertemente en buques, submarinos, radares, naves tan sofisticadas que llegan a otros planetas, aviones de guerra tan potentes que se desconoce su avanzada elaboración y sus componentes.
Dejando a un lado o haciendo creer a la humanidad que o no hay dineros suficientes para invertir en investigaciones sobre lo que más le hace daño al ser humano como son las enfermedades, o de plano suponer que, así como lo manejan está bien, al crear ese “campo de sometimiento” para utilizarlo como un mero control.
Por lo que se está viendo actualmente, esos años de angustia, de zozobra, han generado cambios impresionantes en el comportamiento del ser humano, en su actividad laboral, del hogar, con los hijos, con su economía, para con su propia sociedad.
Cierto es que antes del Covid pocas personas depositaban su confianza en los mecanismos electrónicos para hacer transacciones monetarias, pagar hipotecas, rentas, deudas o hasta los más insignificantes gastos como son los servicios públicos, ropa, víveres.
Con esto entender que la banca, las instituciones crediticias, en sí todo lo que concierne al dinero mundial, están de plácemes al haber logrado y en tan poco tiempo, el que sus alejados clientes, morosos o no, se encuentren “atrapados” usando sus aplicaciones.
Ver de igual modo, cómo es que los mismos empresarios, comerciantes, incluso sus propios clientes, proveedores, tuvieron que cambiar sus formas de relaciones comerciales, al realizarlo ya no telefónicamente, a la antigüita de persona a persona, sino ahora con toda la tecnología por delante.
Todo esto, por supuesto como resultado de un miedo, propiciando un alejamiento de la propia gente como sociedad, de esas costumbres añejas, de esa tradicional vida de interactuar más personalmente entre los seres humanos, dándole la estafeta y sin querer aun, a desarrollar una vida totalmente tecnológica, benéfica o no.
Quizás se entienda que poco se pudo hacer ante esas otras catástrofes humanas como la peste bubónica, sarampión, viruela, todo tipo de fiebres o gripas que atacaron mundialmente entre muchas otras, pues en esos tiempos aún no se tenían tantos adelantos médicos y científicos para por lo menos controlarlas con más rapidez.
Entonces, el covid-19 se podría considerar que o vino prácticamente a burlarse de esa demasiada confianza, a demostrar que aún se está en “pañales” en estas cuestiones de salud, o a dejar en claro que de plano no se actuó aun teniendo todo para de inmediato exterminarlo, porque así tenía que ser.
El covid-19 por lo visto ha sido la “estrella” favorita para esos grandes empresarios farmacéuticos, gobiernos y financieros que manejan los dineros del mundo, pues claro está que revolucionó la vida terrenal en todos los aspectos.
Hoy y aunque increíble que parezca, después de haber sido vacunadas millones y millones de personas, al parecer su efecto inmunizador está llegando a su fin, pero sin saberse si se trabajó o si ya existe esa vacuna perfeccionada para por fin erradicar ese mal.
Esto último confirma esa duda, ese cuestionamiento de esas muchas personas de todos los países que han manifestado como algo sospechoso los orígenes y motivos verdaderos del covid-19, pues actualmente y al momento en que se comenzó a difundir la venta de esta vacuna, el incremento de enfermos por covid-19 se está haciendo presente.
Por lo mismo contagiándose mutuamente y llenándose los hospitales otra vez, expandiéndose cual pandemia esos incontrolables miedos humanos, temores que propiciarán por supuesto, de esa vacuna contra el covid-19, compras de pánico incalculables.