Ayer cerca de 500 migrantes se precipitaron al Puente 1 para manifestarse, lo que generó algo de angustia entre los neolaredenses que temían lo peor, que en este caso es el cierre de varias horas de este cruce, aunque esta vez no pasó a mayores.
Hubo algunas curiosidades, una de ellas fue el ejercicio que realizaron los elementos de CBP justo cuando estaba en curso la protesta, lo que hace pensar es que difícilmente coincidió, sino que más bien era una demostración de fuerza.
Al final, una comitiva de migrantes se acercó a los agentes del CBP para dialogar a mitad del puente, pero a los primeros se les dijo que las cosas no cambiarían, pues cada uno de los interesados debe pasar por el proceso de registrarse y hacer una cita a través de la aplicación CBP-One, además de que el flujo de 50 citas diarias no cambiará.
En algún punto de las últimas semanas hubo hasta 2 mil migrantes en el campamento improvisado frente al Hospital de la Bandera, y a ese ritmo de 50 diarios han sido procesados hasta quedar 500 hoy en día.
Tratando de entender su frustración, su larga travesía y lo que pareciera ser una espera interminable, es de alguna manera comprensible que busquen acelerar el proceso, sin embargo Estados Unidos, como cualquier país, está en su derecho de imponer sus reglas de admisión, claro, siempre y cuando esté dentro de un marco de respeto a los derechos humanos.
El episodio de ayer no es el primero ni será el último, pues incluso en la temporada hemos tenido algunos momentos más tensos, como la ocasión -de hace semanas atrás- en que migrantes rusos se alteraron a mitad del puente y los agentes del CBP activaron su protocolo y llevaron a cabo el cierre por poco más de dos horas en ambos sentidos, así que nadie podía ir o venir en carro ni a pie por esta situación.
La reacción general de los neolaredenses ante situaciones de este tipo suele ser adversa, que si bien no ha derivado en que ciudadanos se enfrenten a migrantes, pero si ha generado momentáneamente un repudio, pues al interrumpir el cruce se afecta la vida personal y laboral de miles de residentes de ambos Laredos.