PASADIZO SECRETO

De casas históricas a museos

Escrito en OPINIÓN el

En Nuevo Laredo existen variadas fincas antiguas que han sido denominadas por historiadores patrimonio local, a más de una se les han adjudicado recursos para su mantenimiento y conservación, pero y por esto, no un uso apropiado, entonces, necesario es darles ya una utilidad para que al menos algunas de estas pasen a ser de casas históricas a museos.

Pues cierto es que, a través de las administraciones municipales, siempre se les haN redireccionado atenciones anteponiendo esa imagen histórica que debe mantener esta frontera, más si fueron residencias de gentes reconocidas en otras épocas, negocios, familias honorables o con cierto rasgo político o relacionado a la fundación misma de Nuevo Laredo.

Por supuesto que estas actitudes municipales de procurar ese tipo de apoyo son altamente reconocidas por la sociedad de esta ciudad, pero deben de generar una cierta aceptación de sus propietarios para permitir el accionarles distintos usos.

Esto para promover la cultura, las artes, el teatro, el deporte, incluso de dependencias de gobierno, porqué no, de aquel resguardo aduanal, sindicales como los alijadores, exhibir instrumentos de aquellas bandas de guerra de trabajadores, entre muchos otros, para ahí formar esos nidos históricos en donde se detalle, observe la misma ciudadanía y sus visitantes la trayectoria en cada disciplina, sus orígenes, trajes, uniformes, insignias.

Cobrar para su ingreso una módica cantidad monetaria para coadyuvar a su mantenimiento, invitar a otros por igual interesados en este tipo de actividades y que cuenten con recuerdos familiares, fotografías, entre otros valiosos objetos para que los proporcionen de una forma voluntaria, engrandeciendo así el acervo en cada rubro histórico.

Utilizarlas de igual modo como esos museos en donde se exhiban y aprecien un tipo de arte, pintores y pintoras reconocidas, sus trabajos, sus méritos, sus triunfos, escritores, poetas, poetisas, sus libros, sus obras, para conocer ahí sus trayectos.

Adaptar esas casas históricas para colocar dentro de ellas fotografías de esos grandes recintos como teatros, cines, que, por su antigüedad y su vasta trayectoria como tales, se les brinde esa oportunidad de salir de la oscuridad en que actualmente están, así las nuevas generaciones conozcan quiénes los construyeron, si ya no existen en donde estaban ubicados, quiénes ahí se presentaron.

Mostrar fotografías de las plazas de toros que han sido edificadas en Nuevo Laredo, sus dueños, narrar e ilustrar a esos personajes que ahí se presentaron, colocar vitrinas con trajes de toreros, revistas, carteles, porque no, nombrar a esos verdaderos aficionados de antaño, famosos narradores de corridas taurinas.

Darle un sitio por igual a fotografías de la famosa “mantequera”, colocar testimonios de antiguos trabajadores, sus utensilios de trabajo, máquinas de escribir, escritorios, hacer fotogalerías de la aduana antigua, sus libros, sus sellos, sillas, escritorios.

No dejando atrás ese fugaz Hipódromo-Galgódromo que tanto emocionó a Nuevo Laredo su histórica construcción, su primera piedra, qué personajes artísticos o internacionales políticos se les vio visitándolo, disfrutando ese sitio.

Por supuesto, exhibir esas muchas fotografías de la famosa Carrera Panamericana, algún carro, saber cuándo llegó por primera vez a Nuevo Laredo, resaltar quiénes fueron los pilotos de esta frontera que participaron en ella, relacionar cada uno de los que con sus potentes carros visitaron a esta frontera como el mismo Emilio Azcárraga Milmo, el actor norteamericano Paul Newman, saber si por igual estuvieron por aquí algunos elementos de ese grupo musical Pink Floyd.

La historia de Nuevo Laredo es vasta, por lo mismo debe distribuirse al menos en esas casas llamadas históricas, tomarlas como un sitio indicado, idóneo para plasmar estos ayeres de esta frontera, de su gente, de sus visitantes, de sus logros, de sus padecimientos por acontecimientos tan conocidos como la misma inundación del ‘54.

Manifestar en alguna de estas casas, esa ya casi obligada y generacional migración de gente que pasa, que va y viene, que se ha quedado a vivir aquí, allá, sus historias, plasmar personajes que han cruzado de igual modo por esta frontera como el mismísimo Gabriel García Márquez “Gabo”, quien fue por igual un viajero a través de ese antiguo Nuevo Laredo.

Construirle y par atraer turismo porque no, una estatua de cuerpo completo a las afueras de alguna de las casas históricas, narrar ahí sus estadías famosas en esta frontera, publicar sus fotografías, detallar cuando paso por aquí, cuando regreso a inaugurar un espacio cultural para la ciudadanía de Nuevo Laredo ¡hacerlo nuestro! cultural e históricamente hablando.

Ojalá que los propietarios de todas esas casas que han sido remodeladas para conservar sus fachadas, se interesen por igual en brindarlas para este tipo de arte, cultura, historia, pasajes que seguramente engrandecerían de concretarse, la vida de antaño de esta frontera.