La noticia de la vinculación a proceso de Rivas y sus amigos/socios circuló con fuerza el día de ayer en redes sociales, que lo veían en los titulares como Enrique “N” y los ojos censurados, tal y como suele ocurrir con los señalados de diversos crímenes.
Al final se le va a enjuiciar por los delitos de uso ilícito de atribuciones y funciones, así como ejercicio ilícito del servicio público, al realizar la compraventa de un bien inmueble a -presunto- sobre costo con recursos público, cometido en agravio del Ayuntamiento de Nuevo Laredo, durante la administración 2018-2021.
De esta manera, Oscar Enrique “N” se convierte en el primer exalcalde neolaredense en ser procesado por delitos derivados de presuntos actos de corrupción durante el ejercicio de la función pública.
El show estuvo bueno, pues básicamente Rivas y su gente no tuvieron argumentos para defenderse de las acusaciones y fueron más de nueve horas de audiencia en las que la defensa intervenía en lapsos de cinco a diez minutos, con declaraciones que solían ser desechadas, mientras que la parte acusadora participaba hasta por 40 minutos cada ocasión, para fundamentar las pruebas.
Ayer en cabildo se dijo que habían más de 185 carpetas de investigación de las cuales al menos 70 podrían constituir delitos graves, por lo que esas acusaciones hechas a Rivas podría tener un efecto similar a las bolas de nieve que caen de las montañas, haciéndose más grande conforme avanzan.
Ahora pasarán cerca de cuatro meses en las que se ampliarán las investigaciones y en ese tiempo, más que armar una mejor defensa, el grupo de Rivas se habrá de enfrentar a un cúmulo más grande de acusaciones y al tratarse de un quebranto económico mayúsculo al erario, todo indica que entre la sentencia vendría una reparación de daños millonaria, pues de hecho ya se hizo mención de esto al término de la audiencia del miércoles.
La expresión de Rivas antes de entrar a la audiencia parecía decir que él esperaba ese resultado, y si bien a los demás se les ve algo preocupados, el ex alcalde sabe que es la figura central en cuanto a responsabilidad y que más que compartir algunas culpas con el resto de los imputados, sabe que las consecuencias serían mayores para él, incluso a pesar de que pretenda embarrar o sacrificar a otros de sus colaboradores para intentar salvarse.
Son muchas las anomalías detectadas en el proceso de entrega-recepción y sin duda estas se irían sumando conforme avancen esas investigaciones que tendrían un carácter de mayor exhaustividad.
Obviamente durante todo este proceso continuarán las medidas cautelares que le prohíben salir del país sin justificación, es decir que para cualquier viajecito, así sea a Laredo, Texas, no solo deberá avisar al juez, sino que debe explicarla y ser razonable para permitirle el viaje, es decir, que sea alguna cuestión de salud u alguna otra situación emergente, y ya no de placer como solía hacerlo.