Últimamente se han venido presentando distintos eventos en uno de los medios de transporte más importantes de la Ciudad de México que, por su naturaleza repetitiva, reiterativa y desafortunada, resulta por decir lo menos, “atípica”. Por esto los accidentes ocurridos recientemente en el sistema del Metro de la CDMX, prende las alertas más sensibles de la ciudadanía ya que su responsabilidad incumbe directamente a una de las figuras que se encuentran, hasta el día de hoy, mejor posicionadas en la competencia por la candidatura a la Presidencia de la República.
Luego entonces, suponer que dichos acontecimientos sucedidos en estos últimos días, siete para ser exactos en el transcurso de apenas 12 días, siendo el más desafortunado la colisión de trenes de la Línea 3 en donde falleciera la joven Yaretzi Adriana Hernández, el pasado sábado 7 de enero, seguido por una serie de incidentes menores, no resulta ser una coincidencia, pero por las circunstancias, volvemos a repetir, difíciles de creer, hacen pensar que han sido actos deliberados con la clara intención de desestabilizar la seguridad de la ciudad, y por tanto a su Jefa de Gobierno.
No es difícil llegar a pensar que todo esto ha sido planeado de manera intencional por los adversarios políticos de la Cuarta Transformación; sin embargo, sabemos de lo delicado que resulta adelantar juicios en un ambiente ya de por sí enrarecido que viene prevaleciendo en el escenario político de cara a las elecciones presidenciales del próximo año. Pero lo cierto es que cada vez más se vislumbra una clara derrota de la oposición al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y, por tanto, sabemos de lo que son capaces sus detractores con tal de descarrilar el tren de la transformación.
Son en efecto muchísimos los intereses que se han venido afectando por las políticas públicas que ha emprendido el Ejecutivo Federal, sobre todo el del combate a la corrupción y a la impunidad. Esto tiene muy enojados e inconformes a muchos políticos y pseudo-empresarios que estaban acostumbrados a hacerse ricos de la noche a la mañana en base al despilfarro del erario y del robo a la nación, y piensan que dinamitando el posicionamiento de Claudia Sheinbaum podrán, si no ganar la Presidencia de la República, sí por lo menos arrebatarle el gobierno de la Capital.
Como están las cosas, y para como están acostumbrados a reaccionar, especialmente los conservadores de derecha extrema, que no son pocos y que cada día que pasa se multiplican exponencialmente en el mundo entero, especialmente en nuestro país -hay que decirlo-, es muy fácil deducir que tanto este tipo de sucesos “atípicos”, no sólo en el Metro de la CDMX, sino en plataformas petroleras de Pemex en altamar, hasta las múltiples explosiones de ductos por huachicol, pasando y sin dejar de advertir, los arteros asesinatos de periodistas en provincia y en la propia Capital, sólo por mencionar algunos, son parte de un plan ulterior y maquiavélico desestabilizador.
Por ello es muy importante que se realicen las investigaciones pertinentes y se llegue hasta las últimas consecuencias para dar, no sólo con los responsables materiales de estos incidentes, sino ir más allá, y dar con los autores intelectuales que casi siempre están detrás pero que nunca aparecen. Sin embargo, ahora es el momento de delimitar muy bien la frontera entre esas personas a quienes se les han mermado sus oscuros intereses, que son los mismos que no quieren que le vaya bien al país, y por tanto saben que no tienen otra opción para regresar por sus fueros y seguir robando, más que imprimiendo el terror entre la ciudadanía y saboteando el proyecto transexenal de la Cuarta Transformación.
ADENDUM
Lo bueno y lo mejor de todo esto es que existe una gran mayoría de mexicanos que, no sólo queremos que le vaya bien al actual gobierno y por tanto a la nación, sino que estamos seguros de seguir luchando por desterrar la impunidad y la corrupción.
Estamos no sólo del lado de los ciudadanos de bien que se esfuerzan, trabajan arduamente, y se sacrifican por dejar un mejor país a las siguientes generaciones, sino estamos, además, del lado correcto de la historia.
Por ello es muy importante no dejarse engañar por las falsas noticias, por las mentiras, y por la reacción de unos cuantos cuyo único interés es amasar fortunas a costa de los demás.
Reconstruyamos el tejido social. Ese es el reto. Ese es el objetivo, ¡y lo vamos juntos a lograr!