Nadie, absolutamente nadie se ha permitido el dirigirse ante las autoridades competentes para proponer el ya modificar esa vía que ha dado mucho dolor a familias de residentes y visitantes, sobre esto, más coraje y sentimiento da al comprobarse que tan solo el propio Consejo de Instituciones, “duerme” ante problema del bulevar Colosio.
Ante esa ausencia de este agrupamiento de intervenir, proponer para solucionar, para que ya no siga causando más daño a quienes por algún motivo lo utilizan, pues visto es que no solo han fallecido o lesionado ocupantes o conductores de vehículos motrices en dicho “bulevar”, sino por igual ciclistas, peatones o deportistas que por su largo trayecto, lo ven apto para desarrollar su disciplina.
Entonces, si se está viendo que por años la propia comunidad le ha dado otros usos aparte de circular motrizmente por dicho camino, ¿qué falta entonces para escucharla, entenderla y darle esa modificación ya más que necesaria en esta vida actual?
Por supuesto que es entendible que este libramiento vial fue creado pensando en otros asuntos, como fue la misma agilización y desvío del tráfico pesado, ese que en los años de su creación era óptimo y necesario para el traslado de infinidad de tracto camiones con remolques de carga internacional.
Sin embargo, más que conocido es que su funcionalidad para dicho fin fue fugaz al crearse otras vías alternas, y que se siguió utilizando así nada más, sin modificar nada posteriormente para el tráfico ligero, propiamente para la conducción hacia y de la dirección del puente internacional Juárez-Lincoln.
Hoy y como en otros días una y otra vez el dolor ha caído en las familias de esta frontera, ver con tristeza que, a pesar de tantas muertes, lesiones de gravedad, daños materiales, tan solo ante esos sucesos a la “página del dolor” se le dé vuelta.
Entendiendo con esto que poco importan esos graves y delicados sucesos, que nada influye para que por fin se enfoque la atención en ese bulevar y se haga algo al respecto, que no existe nada que pueda lograr el emprender sobre el Colosio esa modificación no parcial, sino total para ya evitar tanta tragedia.
No, no se puede culpar al conductor, al ciclista ni mucho menos al peatón o deportista que utiliza dicha vía para transitar, ejercitarse o practicar su deporte favorito, al saberse que, de no existir aun ese nuevo concepto de vialidad en ese camino, difícilmente el usuario cambiará su forma de pensar al utilizarlo.
Cierto es que infinidad de conductores de vehículos automotrices lo transitan de una forma indebida, brincándose los reglamentos viales, no respetando los límites de velocidad, manejando en condiciones no aptas, pero cierto es también, que escasos por no decir nulos son los señalamientos, iluminación y presencia de seguridad vial, complicándose todo esto con ese pésimo trazo en su trayecto que lo hace inmensamente peligroso.
Entonces, es ahí cuando se necesitan esas llamadas “fuerzas vivas” como el propio Consejo de Instituciones de Nuevo Laredo (CINL) para y a través de sus agrupados hacérselos ver a la autoridad, externar lo que la ciudadanía piensa, opina y sugiere sobre dicha vía.
Así, modificar y de tajo el Bulevar Colosio, comenzando con esa ya más que necesaria y obligada instalación de semáforos en ciertos tramos para generar esa disminución de velocidad, crear porque no, cruceros en donde sean necesarios.
No, no se trata con esto de restarle una vía rápida a Nuevo Laredo, sino más bien darle esa máxima certeza de seguridad al transitar por ella, pues visto es que, de tener un camino amplio y rápido en estas últimas décadas, el dolor en los hogares por esto mismo se ha incrementado.
Nadie, absolutamente nadie quisiera ser partícipe de un evento trágico ni el bulevar Colosio ni en otra parte, nadie, como padre o madre de familia, esposo, esposa o hijos e hijas quisieran recibir una noticia tan desagradable en sus hogares de que su familiar cercano es parte ya de las trágicas estadísticas de muertes y lesiones en ese rápido camino como en otras familias ya ha sucedido.
Por esto es que la ciudadanía de Nuevo Laredo requiere aparte de esos canales, de esos conductos para ser escuchados como son la radio, la televisión, la misma prensa escrita y ahora los medios electrónicos, de esos líderes comerciales, empresariales, sobre todo de esos que constantemente levantan la voz ante cuestiones políticas como el propio CI, para a través de estos trasladar sus inquietudes y necesidades ante las autoridades competentes.
Proponer y apoyar porque no a los mismos desarrolladores inmobiliarios que tienen esperanzas en dichos terrenos a lo largo y ancho del Bulevar Colosio, modificar su trazo, crear cruceros, instalar como se ha dicho semáforos, hacerlo pues más atractivo comercial y turísticamente hablando para que ese cambio se refleje en seguridad vial y peatonal ante todos sus usuarios.
No dejarle toda la carga de responsabilidad a la autoridad municipal, sugerirle, apoyarle, ser recíprocos económicamente para que surja esa eficiente planeación sobre dicho bulevar, en consecuencia, se genere ese panorama de tranquilidad vial que por fin proyecte hacia la ciudadanía entera, esa certeza de transito seguro y cordial.